martes, 6 de febrero de 2018

La Capilla de las Reliquias



A la actual Capilla de las Reliquias se le han dado varios nombres: originariamente fue de las Reliquias, después del Monumento y del Tesoro, y actualmente, de nuevo, de las Reliquias.
 
Está adosada a la fachada occidental de la catedral, una fachada inacabada que ha sufrido un sinnúmero de vicisitudes. Es una construcción de planta octogonal a la que se accede desde los pies de la catedral en el extremo oeste de la nave del Evangelio, mediante un arco que en su inicio estaba previsto para componer simétricamente los accesos principales a la catedral. El defecto mayor de la construcción lo constituye su situación, que hipotecó definitivamente el acabamiento de la fachada principal, pero se trata de un elemento brillante en sí mismo, con su cubierta restaurada recientemente. Por otro lado, laa capilla es uno de los escasos ejemplos de arquitectura dieciochesca de la zona, arquitectura de raíz madrileña y culta.
 
A finales del siglo XIX y principios del XX se criticó con dureza esta pequeña edificación. En 1955 se llegó, incluso, a plantearse su derribo.
 
Durante la época barroca una de las preocupaciones del Cabildo fue que existiera en la catedral un lugar en el que se ubicar las reliquias. Nuestra catedral Palencia estuvo catalogada como una catedral muy importante, viva y dinámica, entre otras cosas, por las reliquias que poseía. Así, surgieron varias propuestas sobre donde debía levantarse. Se habló de abrir un espacio junto a la capilla de San Fernando, pero se desecharon estos planteamientos. Se decidió al final que se levantara a los pies del templo.
 
En esta época la Iglesia palentina es materialmente poderosa y dado que las necesidades de culto estaban suficientemente cubiertas, así como las obras de mantenimiento, el 20 de julio de 1735, se aprobó iniciar las obras de construcción de la capilla. Le fue adjudicada al maestro de cantería José de Puente. El maestro dorador que intervino en las labores de dorado de las yeserías y participó en las tareas de policromía de los retablos fue Juan Barreda.
 
Concluidas las obras, la capilla acogió gran parte de las reliquias, que estuvieron colocadas en un retablo que posteriormente se trasladó a la capilla de la Inmaculada, donde permaneció más de un siglo.
 
En el siglo pasado las filtraciones de agua ocasionaron pérdidas irreversibles en la decoración. Tras quince años cerrada, la capilla ha sido recuperada después de acometer unos trabajos de restauración los años 2009-2010, que han propiciado uno de los conjuntos decorativos más bellos de la catedral.
 
Tras la restauración, se ha vuelto a llamar de las Reliquias. En el interior frente a la puerta de entrada, se ha colocado un bello retablo con tecas de plata que contienen reliquias y que, juntamente con las que se guardan en la capilla de san Jerónimo, constituyen un preciado tesoro de la catedral.
 
Decoran las paredes cuatro cuadros; dos con algunos rasgos de la vida de San Juan Nepomuceno, los otros dos pueden representar algunas escenas de la vida de San Antolín.
 
En el centro, se conserva la sepultura de D. Juan de Herrera, obispo de Sigüenza (1726) y presidente del Consejo de Castilla, antes Deán de la catedral de Palencia. Gracias a la Fundación de Patrimonio de Castilla y León y al Cabildo, bajo la dirección del arquitecto Fernando Díaz Pinés, la capilla ha recuperado la totalidad del conjunto policromado de la bóveda, la azulejería y las pinturas murales.

Amador Valderrábano

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