jueves, 8 de febrero de 2018

Es preciso escuchar



«Es preciso escuchar: escuchar a los parados, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; a los pueblos originarios, frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada, para que no se pierda parte de la identidad y riqueza de esta nación. Escuchar a los migrantes, que llaman a las puertas de este país en busca de mejora y, a su vez, con la fuerza y la esperanza de querer construir un futuro mejor para todos. Escuchar a los jóvenes, en su afán de tener más oportunidades, especialmente en el plano educativo y, así, sentirse protagonistas del Chile que sueñan, protegiéndolos activamente del flagelo de la droga que les cobra lo mejor de sus vidas. Escuchar a los ancianos, con su sabiduría tan necesaria y su fragilidad a cuestas. No los podemos abandonar. Escuchar a los niños, que se asoman al mundo con sus ojos llenos de asombro e inocencia y esperan de nosotros respuestas reales para un futuro de dignidad. Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir».
 
Palabras del Papa Francisco a las autoridades, sociedad civil y cuerpo diplomático de Chile  el pasado 16 de enero.
 
Escuchar: condición sine qua non... para cualquier cosa noble que nos propongamos. Para avanzar con otros, en cualquier faceta de la vida. Y requisito indispensable si, en ese camino, queremos ir con los que peor lo pasan, caminan más despacio, o acumulan sufrimiento: parados, pueblos explotados, migrantes, jóvenes, ancianos, niños.
 
Todos lo necesitamos, pero muchos lo necesitan de una manera especial. Necesitan que haya alguien que preste atención a lo que piensan, a lo que sienten, a lo que desean, a lo que sufren...
 
Todos estamos rodeados de gente que necesita atención. Y ahí es donde podemos tomar la decisión de ponernos a escuchar. Escuchar lo que otro tenga que decir, sin prisas, sin juzgar, sin importar que lleve o no la razón... Para prevenir conflictos y malos entendidos. Para estrechar relaciones. Para apreciar qué hace único al otro, cómo siente, cómo piensa, cómo afronta la vida, porqué es como es... Para crecer juntos.


Txomin Pérez


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