martes, 18 de octubre de 2011

Envío de los catequistas y profesores de religión


Las Delegaciones Diocesanas de Enseñanza y Catequesis han celebrado en estos primeros días del mes de octubre la Missio al profesorado de religión y a los catequistas. Ambos actos -presididos por Mons. Escudero, acompañado por Dionisio Antolín, Delegado Diocesano de Enseñanza y Catequesis- se enmarcaron en una Exposición al Santísimo, en torno a tres ejes: “Nos llama, nos capacita, nos envía”.

El encuentro con los profesores de religión se celebró el 3 de octubre en el Seminario Menor... y en participaron alrededor de 150 profesores de religión tanto de los centros públicos como concertados.

Por su parte, el encuentro con los catequistas se celebró el pasado 12 de octubre, también en el Seminario Menor. Se hieron presentes en el acto, alrededor de 200 catequistas de siguientes parroquias: Santa Marina, San Lázaro, San José, Reina Inmaculada, San Ignacio y Sta Inés, San Miguel, Ntra. Sra. de la Calle, María Estela, Allende el Río, Fuentes de Nava, Carrión de los Condes, Villada, Ampudia, Venta de Baños, Villarramiel, Villada, El Salvador, San Telmo y Villamuriel.

Tras la oración inicial, D. Esteban repasó con lo catequistas los contenidos específicos que el Plan Pastoral Diocesano recoge para la tarea de la Catequesis, y hubo un tiempo para el diálogo.

Posteriormente, se pasó a la capilla del Seminario para celebrar la Exposición al Santísimo, y proceder a la entrega de la Missio... el envío a transmitir la fe a niños y jóvenes.


Palabras de D. Esteban en la entrega de la Missio a los profesores de religión

«Vosotros, profesores de religión, que no actuáis en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia que os envía, tenéis una misión muy importante que cumplir: ser testigos del mensaje de Jesús con vuestras palabras y vuestro testimonio de vida.
Expondréis y explicareis la Fe de la Iglesia en la escuela y, de esta forma, con vuestro esfuerzo y la ayuda del Señor, los más pequeños irán madurando en la fe. No olvidéis en ningún momento que se trata, sobre todo, de llevarlos al encuentro personal con Jesús, que es el protagonista de vuestra actuación. Por eso, cuando expliquéis su persona, sus parábolas, sus acciones y gestos, sus milagros, sus comidas, su oración, no olvidéis escuchar y madurar primero en vuestro corazón todo lo que vais a enseñar, dóciles al Espíritu del Señor.

Que vuestra vida sea testimonio de Jesucristo y de su mensaje en el seno de la Iglesia que es siempre el punto de referencia de la enseñanza que realizareis porque toda ella tiende a edificarla como “pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y comunión en el mismo Espíritu”».

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