jueves, 13 de octubre de 2011

DOMUND 2011 “Así os envío yo” (Jn 20, 21)


El 23 de octubre celebramos la Jornada Mundial de las Misiones y en esta ocasión el lema del DOMUND es “Así os envío yo”. Y es que aunque a veces hagamos oídos sordos y cerremos los ojos, la misión nos sigue llamando a cada uno de nosotros. A los misioneros que optan por abandonarlo todo e iniciar su misión en países lejanos a la tierra que les vio nacer. Y a los que estamos en esta parte del mundo, en ocasiones nos llama a gritos, nos puede incluso vociferar porque no respondemos a su llamada.

El DOMUND, como otras tantas campañas, en ocasiones parece que va perdiendo fuelle, los responsables de los centros escolares se van desgastando en su empeño por concienciar a las familias y a los jóvenes en la necesidad de apoyar la misión y los párrocos también se agotan... A las horas de atención del despacho parroquial, las misas diarias, las reuniones con los grupos, se suman las campañas a las que hay que dedicar tiempo, organizar alguna celebración especial, y siempre se cae en la tentación de que sea otro el que lo organice.

La Delegación Diocesana de Misiones lleva muchos años esforzándose porque el DOMUND se sienta como algo propio, que generación tras generación haga llegar la voz y el trabajo de miles de misioneros a esta parte del mundo.

Nuestra diócesis cuenta con más de 540 misioneros... pero la jornada del DOMUND tiene un matiz universal. En palabras de nuestro Obispo: “Como Iglesia universal, hemos de mirar más allá de nuestras fronteras y ver que hay necesidades espirituales y materiales en muchos lugares del planeta y que nosotros, con nuestra aportación económica, podemos ayudar a resolverlas, sin movernos de nuestros lugares de residencia. Hay muchas organizaciones eclesiales que sirven de mediación entre nosotros y los lugares más apartados del mundo. Entre todas ellas, destacan las OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS, dependientes directamente de la Sede Apostólica. Sus responsables tienen una visión de conjunto de lo que pasa en los cinco continentes y distribuyen el dinero recaudado donde más hace falta en cada momento”.

Tiempo tendremos en otro momento para campañas específicas para el misionero de nuestra congregación, de nuestro pueblo, de nuestra parroquia... El DOMUND tiene de especial esta dimensión universal y anónima. La certeza de que la ayuda llega al lugar más precario, con más necesidad, con más urgencia.

Nuestra diócesis consiguió el pasado año en la campaña del DOMUND 160.536,98 € y esperamos que este año, a pesar de la crisis económica que afecta a todos los bolsillos, se pueda incrementar esta cifra. Lo esencial, es que este año acojamos el DOMUND, con cariño, como algo nuestro, con delicadeza, con ganas, con entusiasmo.

Natalia Aguado León

Mensaje del Papa

A enarbolar la bandera de esta Campaña misionera y a que todos nos sintamos “enviados por Cristo”... nos anima el Santo Padre Benedicto XVI en su Mensaje para el DOMUND de este año:“La misión universal implica a todos, todo y siempre. El Evangelio no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido, sino que es un don que compartir, una buena noticia que comunicar”, señala Benedicto XVI. Y añade que “a través de la participación corresponsable en la misión de la Iglesia, el cristiano se convierte en constructor de la comunión, de la paz, de la solidaridad que Cristo nos ha dado, y colabora en la realización del plan salvífico de Dios para toda la humanidad. Los retos que esta encuentra, llaman a los cristianos a caminar junto con los demás, y la misión es parte integrante de este camino con todos. En ella llevamos, aunque en vasijas de barro, nuestra vocación cristiana, el tesoro inestimable del Evangelio, el testimonio vivo de Jesús muerto y resucitado, encontrado y creído en la Iglesia”.

Mensaje de Mons. Escudero. Obispo de Palencia

Conozco la generosidad de los cristianos palentinos con las misiones. No sólo ayudan con la oración y la aportación económica, sino sobre todo enviando sacerdotes, religiosos y religiosas, e incluso laicos, a países remotos para ayudar espiritual y materialmente a los países más necesitados. A veces, cada pueblo o aldea de nuestra diócesis se convierte en “padrino” de una comunidad cristiana en el tercer mundo, porque tienen un pariente o conocido en tierras de misión. Eso está bien y hay que favorecerlo. Pero hay que pensar también en esos otros lugares donde, por no tener personas que nos hablen de ellos, se quedan sin nuestra ayuda. Es ahí donde nos puede orientar la organización central de la Iglesia para las misiones: las OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario