Santa Juliana

Talla barroca, S. XVIII, de autor anónimo. Provista de corona
de tela, un libro y una palma. Retablo de su nombre. Iglesia
parroquial de Santillana de Campos

Nació hacia el año 290 en Nicomedia (actual Turquía) en una familia acomodada y pagana. Se hizo cristiana, se bautizó secretamente y con entusiasmo participó en su difusión. Su padre -abogado-  quería casarla con un rico senador pagano. Ella, sólo aceptaría si él se hacía juez, prefecto de la ciudad y se convertía al cristianismo. El pretendiente cumplió en todo, pero no en hacerse cristiano. Así que ella le rechazó. Su padre mandó encarcelarla y torturarla, pero ella con firmeza declaró “mi Salvador es Jesucristo en quien tengo puesta toda mi confianza”. Hasta el demonio, se disfrazó de ángel de luz y se presentó ante ella para que cediese, pero su fe no se tambaleo ni derrumbó. Por eso en el arte se la representa con una cadena con la que tiene atado a sus pies a un demonio. Finalmente se la condenó a sufrir torturas mayores, y el 16 de febrero del 304 d.C. fue decapitada.

Los restos de la santa fueron recogidos por sus amigos cristianos y enterrados en su ciudad. Posteriormente reposaron en Pozzuolí y en el siglo X los condes castellanos trajeron sus reliquias a Santillana del Mar, donde levantaron un monasterio en su honor, y la localidad tomó su nombre. El culto a Santa Juliana se extendió por todo el norte de la península ibérica. Es patrona de los enfermos en general.

La diócesis de Palencia tiene dedicadas a esta santa mártir las parroquias de Corvio, Santillana de Campos, dando también nombre al pueblo, y San Cebrián de Buena madre.

Texto: José Luis Calvo

Foto: Antonio Rubio

Oración 

Dios Padre todopoderoso, que concediste a la mártir Santa Juliana pelear el combate de la fe hasta derramar su sangre, te rogamos que su intercesión nos ayude a soportar por tu amor toda clase de adversidad y a caminar con valentía firmes en la fe, y ayudar a nuestros hermanos a que también lo hagan hasta que lleguemos todos a Ti fuente de todo Bien. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén