Talla barroca en madera policromada, del escultor burgalés Joaquín de Villadiego. S. XVIII. Retablo mayor de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel (Hornillos de Cerrato) |
Nace hacia el 250 en Armenia, en una familia cristiana. Ejerció la medicina y luego se hizo sacerdote y monje eremita. Sus grandes virtudes cristianas, su fama de santo y su mediación en muchas curaciones, llevaron al clero de su ciudad y al pueblo a proponerlo para ocupar como obispo.
Durante la persecución del emperador Licinio contra los cristianos, a comienzos del siglo IV, fue detenido por el gobernador Agrícola. Torturado con crueldad, finalmente fue decapitado. Sus restos fueron recogidos por piadosas mujeres cristianas. Se le considera abogado contra los males de garganta por haber curado milagrosamente a un joven que se había atragantado con una espina de pescado.
Se le representa vestido de Obispo con mitra y báculo, y con un rastrillo o peine de hierro, instrumento de su martirio. A veces con dos cirios entrecruzados en las manos por celebrarse su fiesta al día siguiente de las Candelas.
En la diócesis, existieron ermitas dedicadas al santo -en Becerril de Campos, en Carrión de los Condes- y se instituyeron Votos de Villa en Hornillos de Cerrato y Villalobón. Pomar de Valdivia, Carrión de los Condes y Monzón de Campos también honran a este Santo.
Oración
Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, que hoy te invoca apoyado en la protección de tu mártir san Blas: concédenos, por sus méritos, que nuestra voz nos sirva para alabarte, bendecirte y darte gracias. Y también para anunciar tu paz en esta vida y el premio de la vida eterna.
Texto: José Luis Calvo
Foto: Antonio Rubio
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