El pasado 17 de enero, también se nos fue un hombre bueno. Así lo describía en su muro de Facebook, nuestro compañero Txomin Pérez al conocer la noticia de su fallecimiento: «Poeta y boticario. No conozco muchos casos de una vida dedicada de una manera tan integral a la sanación. Pildoras para curar el cuerpo y poesía para sanar el alma». Asimismo, el párroco de San Lázaro durante su funeral, resaltó algunos de los rasgos de D. José Mª, fiel cristiano, gran devoto de la Virgen María, con un amor incondicional a la Iglesia... y recordó en su homilía uno de sus poemas:
No sé cómo deciros / que aproximadamente cómo, no sé cuándo, / quizás cuando los hombres aprendan a ser lirios / y el tiempo gire y gire alrededor del tiempo / como un inmenso carrusel de olvidos / habrá un final de flores.
Alguien, / Aquel que un día sembró el Amor de cruces / y lo regó con sangre, / vendrá de nuevo a cosechar las mieses / a despertar la siesta de todos los ocasos / y ni una sola espiga, / ni un pardal malherido, / ni un beso equivocado, / ni una lágrima niña /se quedarán aquí desconcertados / bajo el sepulcro del olvido.
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