sábado, 10 de septiembre de 2016

San Nicolás de Tolentino. Su fiesta se celebra el 10 Septiembre

San Nicolás de Tolentino. Talla en madera policromada. Siglo XVIII, autor anónimo. Parroquia de Santa María. Dueñas.
Nació hacia el 1245 en Sant Angelo (Italia). Sus padres, muy humildes pero ricos en virtudes cristianas, peregrinaron al santuario de San Nicolás de Bari para pedir a Dios un hijo, prometiendo entregarlo a su servicio. En el bautismo el niño recibió el nombre del santo intercesor.

Desde niño se mostró muy devoto y tras la predicación de fraile agustino ingresó en la misma orden, profesando antes de cumplir los 18 años. Tras pasar por varios conventos, fue ordenado sacerdote agustino. Vivió los treinta últimos años en el convento de Tolentino donde predicaba en iglesias, plazas y calles logrando masivas conversiones y milagros. También administraba los sacramentos en las residencias para ancianos, hospitales y prisiones. Durante su vida sufrió muchas enfermedades. Una noche se le apareció la Virgen y le dijo que pidiera un trozo de pan, lo mojara en agua y se lo comiera prometiéndole que se curaría. Así lo hizo y se curó. En gratitud comenzó a bendecir trozos de pan y a darlos a los enfermos. Y así, los panes milagrosos de san Nicolás produjeron numerosas curaciones.

Murió a los 60 años el 10 de septiembre de 1305, en la capilla del convento de Tolentino donde celebraba la santa misa. Cuarenta años después su cuerpo incorrupto fue expuesto a los fieles, y se derramó sangre del santo. Fue canonizado por Eugenio IV en 1446. A finales del S. XV ocurrió otro derramamiento de sangre fresca de sus brazos, lo que se repitió 20 veces. En 1699 el flujo sanguíneo empezó el 29 de mayo, y continuó hasta el 1 de septiembre.

El arte le representa vestido con hábito negro agustiniano, una estrella en el pecho, referencia a las apariciones de la Virgen, el libro de la regla de san Agustín en una mano y en la otra un crucifijo. También se le acompaña de un lirio signo de su pureza, y una perdiz que hace referencia al milagro obrado por él, ya que se la presentaron asada para que la comiera y él la devolvió la vida.

No tiene muchas representaciones en la diócesis, y las que se conservan en algunas parroquias proceden de conventos de agustinos o agustinas desamortizados en el siglo XIX, como las de Dueñas, y Villalcón.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio 

Oración
Señor, Tu que otorgaste a tu hijo, la gracia de imitar con fidelidad a Cristo casto, obediente, pobre y humilde, concédenos la gracia de vivir fielmente nuestra vocación cristiana para que así tendamos a la perfección que Tú nos has propuesto en la persona de tu Hijo

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