10 de Junio de 2012 - Solemnidad del Cuerpo
y Sangre de Cristo
- Éx 24, 3-8. Ésta
es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros.
- Sal 115. Alzaré
la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
- Heb 9, 11-15. La
sangre de Cristo podrá purificar nuestra conciencia.
- Mc 14, 12-16. 22-26. Esto
es mi cuerpo. Ésta es mi sangre.
Hoy celebra
la liturgia la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, generalmente conocida
por su nombre en latín: “Fiesta del Corpus”. La celebración busca en nosotros
el agradecimiento de este don y que lo vivamos con intensidad: “la Eucaristía,
presencia salvadora de Jesús en la comunidad de los fieles, y su alimento
espiritual, es de lo más precioso que la Iglesia puede tener en su caminar por
la historia” (Ecclesia de Eucharistia nº 9). El evangelio de Marcos narra el
momento de la institución, que se realiza en una atmósfera pascual, pero
haciendo caer el acento en los gestos y palabras de Jesús.
“Mientras
comían... Jesús no va instituir un nuevo rito, sino que quiere dar sentido
nuevo: esta comida es signo de la nueva vida según el Espíritu. Y pronuncia las
palabras que expresan una nueva comunión, explicando el sentido de lo que hace:
“Tomad, esto es mi cuerpo”, mi cuerpo, es decir, mi persona; más no puede
darnos, porque está entregando todo su ser. Este pan ya no es pan es mi propia
persona. Jesús “es verdadero pan de vida” Inmediatamente después interpreta los
gestos sobre la copa: “Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por
todos”, Jesús quiere conferir todo su sentido a su muerte próxima: esta es mi
persona en cuanto se entrega, que va a morir, y por ella comienza una nueva y
definitiva Alianza entre Dios y la humanidad, por eso dice “derramada por
todos”, que recuerda la aspersión de la sangre del Sinaí sobre el altar, el
libro de la Ley y el pueblo; con ello se expresa que había una misma sangre
común a Dios y al pueblo.
El texto de
Marcos recuerda los mismos gestos que en la multiplicación de los panes, es
decir signo de la comunidad de los pobres que comparten el pan y los bienes.
Pero lo engloba y lo supera porque también implica compartir la vida. Con ello se
profundiza el sentido de la comunidad: “es la comunidad del amor mutuo”. Es el
día del amor fraterno.
“Tomad, esto es mi cuerpo, mi propia
persona, todo mi ser; ‘esta es mi sangre’, mi persona entregada, ‘por todos’,
haciendo una nueva y definitiva Alianza con la humanidad”. ¿Es el Corpus, día
de compartir los bienes, pero sobre todo la vida, para hacer la “comunidad del
amor mutuo”?
José González Rabanal
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