Ya conocemos la fecha: el 7 de octubre, día en el que el Papa declarará doctor de la Iglesia a san Juan de Ávila. Yo quisiera compartir esta alegría con todos vosotros.
Juan de Ávila quiso ser sacerdote y sólo sacerdote. Sacerdote entregado a su ministerio de tal modo que ni riquezas, ni persecuciones, ni alabanzas le apartaron. Y así tenemos que, tras cantar misa en Almodóvar del Campo, su pueblo, vende la herencia de sus padres -ya fallecidos- y reparte el dinero a los pobres.
Que tras impedírsele que embarque para el Nuevo Mundo como misionero y ser encarcelado por la Inquisición, asume que “sus Indias están en Andalucía” y se entrega con mayor amor, a aquel pueblo y clero que le ha llevado ante los tribunales y prisión. Que se le ofrecen los obispados de Segovia y Granada, y el capelo cardenalicio, mas él persevera en ser sólo sacerdote.
Sacerdote que se entrega a la predicación con tal celo que, al pie del púlpito, siempre había tres o cuatro personas transcribiendo sus palabras. Sacerdote que mantuvo una ingente correspondencia con toda clase de personas, desde nobles, obispos y clero, hasta las más sencillas personas de España. Sacerdote que se preocupó por la formación del pueblo y creó 15 colegios y la Universidad de Baeza. Sacerdote con tanta dedicación a los problemas del pueblo, que hasta inventor fue.
Pero fue, sobre todo, sacerdote director de almas: consejero de santos como san Ignacio de Loyola, san Juan de Dios, san Francisco de Borja, san Juan de Ribera, san Pedro de Alcántara, santo Tomás de Villanueva, o la misma Santa Teresa de Jesús; promotor de las distintas vocaciones en la Iglesia: laicales, a la vida consagrada y al sacerdocio.
Sacerdote, en fin, que profundizó de tal modo en los misterios de la fe, y los expuso con tanta clarividencia, que sus palabras siguen siendo guía y luz para los hombres de hoy.
Por todo ello, la Iglesia lo declarará Doctor el 7 de octubre a nuestro Patrono, Juan de Ávila, Apóstol de Andalucía.
Lorenzo Orellana Hurtado
No hay comentarios:
Publicar un comentario