El próximo 10 de junio las calles de la capital y de muchos pueblos palentinos se van a llenar de niños y niñas vestidos con sus mejores galas. Junto con el Santísimo, los niños y niñas que han hecho la Primera Comunión este año son grandes protagonistas de la Procesión del Corpus Christi... Han recibido a Cristo por primera vez y la Iglesia lo celebra con gran alegría.
Los más pequeños son el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Y es obligado el uso del verbo “cuidar”. Y educar, querer, acompañar, corregir... estar pendientes de sus necesidades, de sus carencias, de sus aspiraciones, de sus riquezas... Estas pequeñas semillas tienen que crecer para dar buen fruto... Son el futuro.
Dice el Informe que “los niños sufren la crisis en los hogares cuando sus progenitores se quedan sin trabajo y sin ingresos, cuando ellos y sus familias son desahuciados, cuando, a consecuencia de los menores ingresos familiares, se empobrece la calidad de su alimentación, cuando se deteriora el ambiente familiar o cuando no pueden costearse tratamientos médicos no incluidos en los sistemas públicos. Pero también repercuten en ellos las decisiones políticas de reducción del gasto público en ayudas a las familias, en becas escolares de comedor o libros de texto, y no son ajenos al impacto de las decisiones generales en materia de impuestos y deuda pública, o a las reducciones de presupuestos destinados a servicios sociales, educativos o de salud”.
La crisis económica -y moral- que vivimos tiene muchos responsables. Pero, sin lugar a dudas los niños son los últimos responsables... y, sin embargo, sufren sus consecuencias de forma tan o más grave que otros colectivos. El impacto de la crisis sobre ellos está siendo casi invisible, cuando son los que menos capacidad tienen para enfrentarse a sus consecuencias.
Seremos ilusos si pensamos que esto no nos afecta... Aunque sea “por estadística”... seguramente más de un niño de los que procesionarán el Día del Corpus estará viviendo este drama. Que la alegría de la fiesta no nos sirva de excusa para cerrar los ojos... al contrario, estemos, más que nunca, cerca de estos más pequeños.
Domingo Pérez
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