lunes, 19 de diciembre de 2011

Una Feliz Navidad que llegue a todos los rincones de la Diócesis

Los días son los mismos, la esencia del por qué celebramos la Navidad también pero ¿la forma de hacerlo? Es algo que siempre nos hemos preguntado. En nuestro entorno, familias, amigos, compañeros... no suele haber grandes variaciones pero... ¿cómo se vive la Navidad en un centro penitenciario, en un pueblo de apenas 60 habitantes, o en un convento de clausura? ¿Sí que tiene que ser diferente... no? IenP se ha puesto en contacto con personas que viven en estos ámbitos y esto es lo que nos cuentan.

En Guaza de Campos

Charo Mendo vive en Guaza de Campos desde hace ya muchos años. Reconoce que en el pueblo faltan niños y gente joven y que si una misma no se involucra en distintas actividades tienes muchas papeletas para aburrirse pero ella, ha decidido emplear su tiempo en lo que más le gusta. Da catequesis a los jóvenes y niños de la zona, canta en el coro, es voluntaria de Manos Unidas y acaba de montar el nacimiento en su pueblo: Guaza de Campos. Asegura que lo hace con el apoyo de su tío desde hace más de 10 años y que “es una forma de no perder esta bonita tradición de los nacimientos”.

El nacimiento cuenta con un centenar de figuras y todo él está hecho a mano, con materiales como cartón o madera, a excepción de las figuras que las compra y las pintan entre ella y su hermana. La navidad la empiezan a preparar ya en el Adviento, cuidando mucho las celebraciones durante todo este tiempo. Y luego lo que son ya los días propios de la Navidad “se viven con alegría, porque el pueblo recibe a muchas personas que viven fuera y que durante estos días se acercan a la tierra que les vio nacer. Bendecimos el nacimiento, cantamos villancicos y se mantiene una estrecha y cordial relación con los vecinos de la Unidad Pastoral que incluye los pueblos de Frechilla, Autillo de Campos, Mazuecos y Guaza”.

En la Clausura de Calabazanos

La Navidad en nuestro Monasterio toma un carácter muy especial primero por ser una comunidad de clarisas fundadas por S. Francisco de Asís que tenia una gran devoción a la Natividad del Señor y segundo porque a mediados del siglo XV el dramaturgo palentino Gómez Manrique (1412-1490), tío de Jorge Manrique, escribió el Auto del Nacimiento de Nuestro Señor, joya de la literatura castellana y primer texto de teatro del que se conoce el autor. Gómez Manrique ideó esta obra para ser representada en nuestro monasterio de Calabazanos, donde su hermana era vicaria. Desde entonces, y siguiendo la tradición, se viene representando todos los años.
 
Este tiempo es ocasión propicia para felicitar a los familiares y amigos que se acercan al monasterio y desearles la paz que el Señor nos trae. También los niños de los colegios cercanos visitan nuestra Iglesia para cantar sus villancicos y alegrarnos con sus representaciones.

Por toda la casa hay alegorías a la Navidad, con muchos nacimientos cantamos villancicos como en cualquier familia que comparte sus alegrías y el día de Reyes Magos estos “saltando la tapia” también nos dejan sus regalos que compartimos entre todas. En la liturgia es un tiempo fuerte e intensificamos la oración pidiendo al Señor que su Venida se haga patente a todos los hombres así nos sentimos miembros vivos de la Iglesia.

En el Centro Hospitalario San Luis

En el centro Hospitalario San Luis ya se empieza a respirar un aroma navideño. Desde el mes de diciembre, los pacientes preparan con esmero sus felicitaciones y decoran con adornos navideños las distintas salas comunes del centro.

Uno de los actos más esperados por los pacientes es la bendición del gran Belén ubicado frente a la cafetería. Es en este momento cuando queda inaugurado oficialmente el tiempo de Navidad. “Ese día hacemos una oración frente al belén, cantamos villancicos y probamos algún dulce típico”, comenta con entusiasmo una paciente.

Es habitual durante esos días ver caras nuevas que recorren los distintos pasillos y pabellones. Muchos son los grupos de voluntarios y de distintas organizaciones que se acercan hasta San Luis para felicitar a los pacientes, acompañarles y entretener con actuaciones teatrales y musicales a estas personas que viven alejadas de sus familias. También son muchos los pacientes que durante estos días reciben la visita de sus familias y algunos de ellos disfrutan la Navidad en sus casas. En cuanto a las visitas oficiales, los pacientes disfrutan con la llegada tanto del Alcalde de la ciudad como del Obispo de la Diócesis. En la actualidad, el centro atiende a cerca de 650 pacientes.

Tres son los acontecimientos que desde el equipo de Pastoral se cuidan con especial esmero: la misa de Nochebuena en la que antes de comenzar la celebración, los pacientes escenifican el relato del Nacimiento. La Eucaristía de Navidad tiene un realce especial porque la iglesia aparece muy adornada con flores de pascua, el nacimiento en el centro y los pacientes como protagonistas de la celebración. Al concluir la Eucaristía, se da a besar al Niño Jesús. Y por último, la Cabalgata de Reyes animada por un grupo de voluntarios que acompañan a los pacientes y recorren el Hospital cantando y repartiendo regalos.

En la Parroquia de San José Obrero

Dos son, sobre todo, las actitudes que queremos vivir en torno a la Navidad, en nuestra parroquia: Celebrar y Compartir. El gozo del nacimiento del Hijo de Dios es una buena noticia que hay que celebrar y nos lleva a compartir con los hermanos.

Lo celebramos, en primer lugar, en el marco de la asamblea o comunidad parroquial, sobre todo en las Eucaristías de los días grandes de estas fiestas: Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y Epifanía. Celebraciones especialmente cuidadas, motivadas y vividas, incluida la pequeña obra teatral que precede a la Misa del Gallo, a cargo de los catequistas de infancia.

Pero también lo celebramos en el ámbito de los pequeños grupos parroquiales: catequistas, pastoral familiar, grupo de caritas o de liturgia, grupos o movimientos apostólicos de la parroquia... Todos estos “agentes de pastoral”, además de celebrarlo dentro del grupo en el que a lo largo del año trabajan pastoralmente, son convocados a compartir la alegría de la Navidad todos juntos, en el marco de una oración gozosa y de una mesa fraterna, salpicada con villancicos y acordes de guitarra. Esta celebración tendrá lugar en la tarde-noche del día 27. Este año, además, contaremos con la presencia de las Hermanas Agustinas del Monasterio de la Conversión, de Becerril de Campos, quienes nos harán partícipes del gozo del nacimiento del Señor con el encanto de sus voces y sus instrumentos, en un concierto de Navidad que se celebrará en nuestra parroquia el día 26. Todo este tiempo navideño viene precedido de un adviento bien programado, y creemos que bien vivido, al ritmo de la liturgia, que culmina con la celebración comunitaria del sacramento de la Penitencia.

Pero además, la Navidad nos invita a estar especialmente cerca de los que sufren y de los que peor lo están pasando, también económicamente. Por eso, abrimos estas celebraciones con la campaña que nosotros llamamos de Navidad, la gran colecta que caritas parroquial realiza en el cuarto domingo de adviento, destinada a ayudar a las familias de nuestra parroquia con menos recursos o más afectadas por la crisis que estamos padeciendo. Desde algún colegio de la Parroquia también se hace con los alumnos la campaña de Navidad, con recogida de alimentos para los más necesitados, que distribuimos a través de caritas parroquial. Un grupo se acercará a celebrar la Navidad con los ancianos de la residencia “Menéndez Pelayo”, situada dentro de nuestra parroquia; y las visitadoras de enfermos, así como los mismos sacerdotes, se harán más presentes entre estos hermanos que habitualmente no salen de sus hogares, compartiendo con ellos la cercanía y el cariño de la parroquia en estos días tan entrañables.

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