jueves, 8 de diciembre de 2011

Adviento

El 24 de mayo de 1581 santa Teresa de Jesús estaba en Palencia... y desde aquí escribió una carta a su gran amigo el Carmelita Descalzo P. Gracián y le habló de los sermones de San Juan de Ávila, insistiendo que se publicasen, afirmando: “son de gran provecho los sermones del maestro Ávila”.

El 27 de mayo de 1568, y también desde Palencia, la Santa escribió a Dª Luisa de la Cerda, que residía en Antequera, para que procurase que su escrito de la Vida llegase al maestro Ávila para que lo leyese y aprobase. Añadiendo, “no quisiera que se muriese primero que sería harto desmán”.

Estamos en Adviento, un tiempo “fuerte” en la liturgia de la Iglesia. San Juan de Ávila predicó muchos sermones como preparación para la Navidad... para ayudar a vivir gozosa e intensamente el espíritu del Adviento para acercarse dignamente ante el Pesebre de Belén. Decía san Juan de Ávila, predicando en un convento de monjas: “Paraos a pensar cuán cuidadosa y alegre andaba la Virgen en este tiempo, qué cuidados traía en su corazón, no como los vuestros, que estaréis agora pensando qué comeréis la Pascua, qué vestidos sacaréis”.

Y añadía: “No andaría ella pensando en esto, sino andana aparejando sus mantillas y sus pañalicos para el niño que había de parir. Y pues dice el mismo Jesucristo que quien hace la voluntad de su Padre ése es su madre y sus hermanos, por eso vuestro oficio ha de ser disponeros”. Más aún: “Jesucristo ha de nacer en mi alma, ¿qué aparejo haré, cómo lo aderezaré para desde que venga la halle bien aparejada? ¿Cómo me dispondré y aderezaré para lo recibir? Y si en lo que ha pasado del Adviento hemos sido flojos y descuidados en esto, seamos diligentes en los días que restan”.

Curiosamente decía: “cuando san Pablo quería decir una cosa de esas grandes, primero ensanchaba los corazones de los oyentes con palabras de admiración, porque cupiese en ellos lo que quería decir”. Y hacía esta advertencia: “Agora estaba pensando que no sé si este sermón ha de ir de balde, como otros”.

Germán García Ferreras

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