domingo, 11 de diciembre de 2011

De la felicidad y los gansos

La palabra griega economía significa “la administración de la casa” y esto nos puede apuntar lo que debe ser para un país debe un buen sistema económico. Todos sabemos que la economía de nuestro hogar no debe referirse sólo al dinero y a los bienes. Una familia estable debe saber también administrar las relaciones e idiosincrasia de todos sus miembros... Sin un equilibrio entre jerarquía, educación, salud, racionalidad, confianza, crecimiento... todo se puede ir al garete (del francés: ir sin dirección).

Los economistas tradicionales se quedaron a cuadros cuando en la década de los 70, el rey de Bután, un minúsculo estado del Himalaya, estableció que el progreso del país iba medirse con un nuevo criterio: la Felicidad Interior Bruta. Había que dedicar el mayor esfuerzo a proteger los más altos niveles de satisfacción de sus habitantes, que no necesariamente tenían que ver con el aumento de riqueza. ¡Eureka!

Para ello decretó que el 60% del país debía estar cubierto de bosques, se limitaría el número de turistas (que crean demasiada ansiedad e intrusismo), se redistribuiría el dinero para contribuir a acabar con la pobreza masiva, buscarían el mayor grado de satisfacción en la población, cuidando la seguridad, techo, empleo, salud... es decir, priorizar las necesidades reales. En una encuesta de 2005, más de la mitad de los Butaneses se consideraban muy feliz y sólo el 3% no habían conseguido la felicidad esperada. En 2007 fue la segunda economía de más rápido crecimiento del mundo. Dicho de otra manera: otro modo de actuar es posible.

Si tratamos de mantenernos en los mismos parámetros, aunque sean maquillados, sufriremos como inevitable el aumento de los impuestos, pues como decía J. B. Colbert,  el ministro de Finanzas del Rey Sol, en las últimas décadas de siglo XVII: “El arte de cobrar los tasas consiste en desplumar al ganso consiguiendo la mayor cantidad de plumas con el menor número de graznidos”. Lo dicho, se impone un cambio de mentalidad.

EZCA

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