jueves, 29 de diciembre de 2011

Cine y Fe

No se trataba de una convención para diseccionar películas sobre religión, pero era necesario preguntarnos, en esta sociedad sujeta a tantos cambios y transformaciones radicales y secularizadas, sobre las tendencias del cine actual y su apertura a la trascendencia.

Fue en Roma el 1 y 2 de diciembre, en la Universidad Lateranense, donde directores, académicos, periodistas y críticos de cine, organizados por los Consejos Pontificios de Cultura y de Comunicaciones Sociales, analizaron cómo el universo del cine y de la imaginación nos ofrece una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos del mundo contemporáneo y cómo, este medio, hace frente a las cuestiones que ninguno de nosotros puede evitar, ya sean el amor, la muerte, la injusticia, la trascendencia, el sufrimiento, la eternidad...

La fenomenología,  la apariencia, los universos prisioneros del audiovisual, la seducción y el engaño del espectador, la multiculturalidad, el problema de la verdad, la crítica de lo sacro, la narración de lo eterno, los procedimientos técnicos e ilusorios, la comunicación de lo esencial, la complementariedad en el diálogo, la fatiga de lo efímero, la conciencia moral... fueron temas reflexionados y puestos sobre el tapete de las conferencias y comunicaciones.

Según trascurría el simposio nos íbamos dando cuenta cómo el cine del primer mundo, al contrario del de los países pobres y emergentes, nos ha sumergido en el consumismo de las pulsiones y pasiones más primarias, favoreciendo la analfabetización de las personas y haciendo de la finitud el único espectáculo de los sentidos.

En la última sesión, el cardenal Ravasi, hizo una llamada para que el cine religioso no fuese ni una catequesis, ni la expresión simplona de historias sagradas, sino el medio en el que todos seamos capaces de preguntarnos sobre el sentido y el valor de la vida, en diálogo con las propuestas de la fe y la creencia de los cristianos.

EZCA

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