miércoles, 28 de diciembre de 2011

Educar a los jóvenes para la justicia y para la paz

El Santo Padre Benedicto XVI ha elegido el siguiente tema para la celebración de la XLV Jornada Mundial de la Paz del próximo 1 de enero de 2012: “Educar a los jóvenes para la justicia y para la paz”. El tema se introduce al centro de una cuestión urgente en el mundo de hoy: escuchar y valorar las nuevas generaciones en la realización del bien común y en la afirmación de un orden social justo y pacífico donde puedan ser plenamente expresados y realizados los derechos y las libertades fundamentales del ser humano.

Resulta por tanto un deber de las actuales generaciones el colocar a las futuras en las condiciones de expresar en manera libre y responsable la urgencia de un mundo nuevo. La Iglesia acoge a los jóvenes y a sus diversas instancias como el signo de una siempre promisoria nueva primavera y les indica a Jesús como el modelo de amor que hace “nuevas todas las cosas” (Ap 21, 5).

Los responsables de lo público están llamados a actuar para que las instituciones, las leyes y los diversos ambientes de vida sean penetrados por el humanismo trascendente que ofrezca a las nuevas generaciones las oportunidad de la plena realización y trabajo para construir la civilización del amor fraterno coherente con las más profundas exigencias de verdad, de libertad y de justicia del ser humano.

De ahí, por tanto, la dimensión profética del tema elegido por el Santo Padre, que se coloca en el surco de la “pedagogía de la paz” trazado por Juan Pablo II en sus cartas «Para lograr la paz, educar a la paz» (1979), «La paz y los jóvenes caminan juntos» (1985), y «Un compromiso siempre actual: educar a la paz» (2004).

Los jóvenes deberán ser operadores de justicia y de paz en un mundo complejo y globalizado. Lo cual hace necesaria una nueva “alianza pedagógica” de todos los sujetos responsables. El tema preanuncia una preciosa etapa del Magisterio propuesto por Benedicto XVI en los Mensajes para la Jornada Mundial de la Paz, iniciado en el signo de la verdad («En la verdad, la paz», 2006), proseguido con las reflexiones sobre la dignidad del ser humano («La persona humana, corazón de la paz», 2007), sobre la familia humana («Familia humana, comunidad de paz», 2008), sobre la pobreza («Combatir la pobreza, construir la paz», 2009), sobre el cuidado de la creación («Si quieres promover la paz, protege la creación», 2010), y sobre la libertad religiosa («La libertad religiosa, camino para la paz», 2011), y que ahora se dirige a las mentes y a los corazones pulsantes de los jóvenes.

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