Óleo sobre lienzo, siglo XVII. Anónimo. Palacio Episcopal, Delegación de Patrimonio Artístico. |
Nace en 1256, en una familia muy pobre en Eisleben (Alemania) y a los 6 años, ingresa en el monasterio de esta ciudad, donde fue educada por santa Matilde de Mackeborn, recibiendo una sólida formación. Tras realizar el noviciado, profesó como religiosa sobresaliendo como excelente cantora de coro. A los 25 años tuvo una vital experiencia mística. Cristo le habló personalmente y a partir de entonces sólo vivió para “su esposo” en íntima unión. Sufrió graves enfermedades, pero de todas se curó gracias a su profunda fe. De su numerosa obra literaria, destacan los “Ejercicios espirituales”, un libro de oraciones cuya finalidad era reavivar el fervor religioso mediante meditaciones.
El centro de su espiritualidad es la pasión de Cristo, y su devoción al Corazón de Jesús como símbolo del amor divino hacia el hombre. Se adelantó en casi cuatro siglos a Santa Margarita María de Alacoque en vivir y difundir esta devoción, que aún tiene importancia en nuestra diócesis, gracias a la difusión de los padres Jesuitas. El otro centro de su espiritualidad es la Virgen María, siempre unida a Cristo como único Salvador y Redentor.
Murió con fama de santa el 17 de noviembre de 1301. Los cartujos de Colonia publicaron sus escritos en 1536 y fue tal el impacto de su espiritualidad que se la comenzó a llamar “la Magna” o “la Grande”. Fue declarada santa en 1678. Ha sido propuesta para ser nombrada como doctora de la Iglesia.
El arte la representa vestida de monja con vestido negro (benedictina), o blanco (cisterciense) -ambas congregaciones la tienen como suya- y con un corazón en el pecho, en el que está el Niño Jesús, en referencia a su frase “me encontraréis en el corazón de Gertrudis”. Suele llevar un báculo de abadesa (aunque no lo fue nunca) y en ocasiones un libro como escritora.
En la diócesis está muy representada. Destacan las obras de la parroquia de Villasur; en San Zoilo de Carrión de los Condes; en las MM. Brígidas y en la parroquia de Santa María de Paredes, y en el Museo Diocesano.
Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio
Oración
Oh Dios, que hiciste del corazón de tu virgen Santa Gertrudis una gozosa morada para ti; por su oración y sus méritos, ilumina las tinieblas de nuestro corazón y concédenos experimentar con alegría tu presencia y tu acción sobre nosotros. P. J.N.S Amén.
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