La Residencia de San Bernabé y San Antolín celebró el 30 de octubre una Eucaristía de Acción de Gracias como despedida a las Hijas de la Caridad. Una celebración muy emotiva ya que la congregación abandona su labor en el centro, después de más de 150 años, para emprender nuevas tareas pastorales.
La Eucaristía fue presidida por el administrador diocesano y concelebrada por 28 sacerdotes. En la homilía, Antonio Gómez, destacó el servicio realizado por las Hnas. a lo largo de estos años: «Vosotras y tantas y tantas que os precedieron habéis dejado aquí vuestra vida. En esos tiempos en que sólo estabais vosotras, sin ningún tipo de ayuda, cuando los estados y las organizaciones civiles no contemplaban la atención a los pobres, a los huérfanos, a los desvalidos, a los apestados, a los enfermos, a los presos, a los ancianos... Allí estabais vosotras, como otras tantas fundaciones, porque habías sido llamadas por Cristo. Y cuidasteis aquellos lugares en que entregasteis la vida durante años y años con mucha dureza, sobriedad e incluso miseria. Y queréis marchar en silencio, sin levantar polvo, sin hacer ruido... Y eso, que es muy cristiano, no sería justo, por nuestra parte. Y no sólo por vosotras, sino por todas las que habéis mantenido durante casi 155 años esta venerable institución».
Finalizada la celebración, se descubrió una placa en el hall de la residencia para memoria del paso de la congregación por la institución. La Diócesis de Palencia, el Cabildo de la Catedral y la Fundación Benéfica San Bernabé y San Antolín agradecen a las Hijas de la Caridad su entrega generosa y la labor que han llevado a cabo durante estos años.
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