María José Valero es una de los más de 500 misioneros palentinos que un día optaron por vivir con los más sencillos lejos de la tierra que les vio naces. Nació en Villamuriel de Cerrato y pertenece a la comunidad de las Hijas de la Caridad. Lleva trabajando más de 14 años en Angola y asegura que descubrió su vocación misionera desde bien joven.
¿A qué se dedican las Hijas de la Caridad en Angola?
Intentamos abarcar distintos campos de actuación, trabajamos en educación, salud, promoción y, desde el año pasado, acompañamos proyectos de registro civil de los niños. Existe mucha población que no está registrada y como tal, no pueden disfrutar de muchos derechos.
Comenzamos la mañana dedicando un tiempo a la oración, que es clave para desarrollar nuestra labor. Luego en mi caso, tres días a la semana, me desplazo en un todo terreno a distintos poblados para prestar un servicio sanitario a los vecinos. El resto de los días, colaboro con otra misionera en el hospital municipal que pertenece al Gobierno. Allí dedicamos una especial atención al centro de tuberculosos y de desnutridos.
¿Cómo descubrió su vocación misionera?
Desde bien jovencita tuve una inquietud misionera, y una vez como Hija de la Caridad pedí que me enviaran a algún país de misión. Quería conocer la realidad del tercer mundo y compartir mi vida con los más necesitados, con los que no tienen cubiertas sus necesidades más básicas.
¿Cómo podemos ser misioneros desde aquí, desde la diócesis?
De muchas maneras. De hecho, si no fuera por muchos de vosotros, nosotros no podríamos llevar a cabo nuestra misión allí. Sois misioneros con vuestra oración, con las distintas aportaciones que realizáis, con las acciones solidarias que organizáis... En este sentido, en mi pueblo natal, Villamuriel de Cerrato, se organizan acciones solidarias en las que recaudan fondos que luego nos ayudan a continuar con nuestra labor en los distintos ámbitos de salud, educación y promoción. Todos somos distintos eslabones de una misma cadena.
La campaña del Domund intenta sensibilizar al primer mundo, ¿cómo vive una misionera esta jornada?
También allí celebramos el Domund, a través de las parroquias, se sensibiliza y conciencia sobre las realidades que viven otras personas. En mi comunidad celebramos el Domund desde la oración y en lo personal, intentando realizar nuestra labor con alegría y esforzándonos en el que tenemos al lado, sin caer en el desánimo.
Por Natalia Aguado León
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El próximo domingo 21 de octubre, celebramos el Día del Domund bajo el lema: Misioneros de la fe. El DOMUND es entrega, generosidad, anuncio, promoción humana y relevo misionero. Este día no puede quedarse en una colecta concreta de la que nos olvidamos al día siguiente, la campaña del DOMUND es una campaña de sensibilización, de agradecimiento a los misioneros que abandonaron todo por anunciar el Reino de Dios a los más débiles, de orar por estos misioneros y de colaborar económicamente con ellos.
Nuestra Diócesis rica en misioneros, es también es generosa a la hora de colaborar con los proyectos de misión. En la campaña del DOMUND del pasado año, nuestra Diócesis recaudó 165.716€. Es importante señalar que la campaña del DOMUND no se aprovecharse -en parroquias o colegios- para recaudar fondos a favor de un determinado proyecto misionero. La campaña del DOMUND es universal y, así, llega a los misioneros con menos recursos.
Para ese día estarán repartidas por la capital palentina más de 160 huchas que llevaran los niños de los colegios del Santo Ángel, Divina Providencia, Filipenses, Santo Domingo, La Salle, Maristas y de las religiosas Auxiliares Parroquiales. También se van a instalar mesas petitorias en la Plaza León, Calle Mayor, Plaza España y en el Casino. Los centros que colaboran con estas mesas son Filipenses, La Salle, Maristas y Acción Católica.
Tren Misionero
El sábado 20 de octubre, Cristianos Sin Fronteras en colaboración con Obras Misionales Pontificias se celebrará en Alpedrete (Madrid) el Tren Misionero. En este encuentro en el que participan cientos de niños y jóvenes participan en escolares de los centros Filipenses y Santo Ángel.
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