lunes, 22 de octubre de 2012

Ante la crisis, solidaridad

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española celebró su CCXXV reunión durante los días 2 y 3 de octubre. Durante la misma, los obispos han aprobado una Declaración sobre la actual situación social y económica, que afecta a tantas personas y familias. Con este texto, titulado Ante la crisis, solidaridad los obispos quieren expresar, una vez más, el sentir de la Iglesia en España ante la grave situación que atravesamos, y prestar su voz a la exhortación y la clarificación.

Ya lo han venido haciendo, con particular intensidad desde 2008, con gestos de estímulo a la caridad, como los donativos extraordinarios a Cáritas, y con documentos como ejemplo la Declaración ante la crisis moral y económica (Asamblea Plenaria, noviembre 2009), que apuntaba a las causas y a las víctimas de la crisis, y animaba a ir hasta el fondo de sus raíces espirituales y morales, exhortando a la solidaridad de todos y al compromiso de la Iglesia. En el Plan Pastoral aprobado este mismo año, también se hace una llamada a “continuar la reflexión y a agradecer y estimular la caridad efectiva, la que pasa de las palabras a los hechos”.

Ahora, los obispos viendo la coyuntura actual temen “que la crisis o, al menos sus efectos no hayan tocado fondo todavía”, reconocen el gran esfuerzo que muchas personas están haciendo en medio de las dificultades... y piden a las autoridades que velen “porque los costes de la crisis no recaigan sobre los más débiles”. “Tampoco se oculta a nadie -señalan- que la tensión social crece y que determinadas propuestas políticas han venido a añadir elementos de preocupación en momentos ya de por sí difíciles. Ante esta situación, creemos que es nuestro deber dirigir en especial a los católicos, pero también a todos los que deseen escucharnos, unas palabras que quieren aportar luz y aliento en el esfuerzo que resulta hoy especialmente necesario para la consecución del bien común”. Y lo hacen dirigiéndose a todos ellos con una triple invitación: a la fe, a la caridad y a la esperanza.

“Ante todo, invitamos a la fe”, subrayan los obispos, porque “cuando se cierra el horizonte de la fe, al verdadero conocimiento y amor de Dios, el corazón del hombre se empequeñece (...) No será posible salir bien y duraderamente de la crisis sin hombres rectos, si no nos convertimos de corazón a Dios”.

“Invitamos también a la caridad”, citando la carta encíclica de Benedicto XVI Porta Fidei, ya que “la fe sin la caridad no da fruto y la caridad sin la fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda”. Los obispos señalan que la caridad se expresa de muchos modos respecto del prójimo, porque abarca todas las dimensiones de la vida (personal, familiar, social política) y ponen el acento en que uno de los aspectos más dolorosos y preocupantes de la actual situación es la forma en la que los jóvenes están sufriendo de un modo muy intenso los efectos de la crisis y se están viendo afectados por la falta de trabajo en porcentajes difíciles de soportar.

Al referirse a la caridad que afecta directamente a las relaciones políticas, inciden en que “el malestar social y político debería ser para todos un reclamo a la búsqueda sincera del bien común y al trabajo por construirlo entre todos. Este malestar no debería ser alimentado como excusa para la promoción de ningún interés político o económico particular, a costa del interés general, tratando de aprovechar en beneficio propio el descontento o el sufrimiento de muchos”. Se recuerda una de las formas de “caridad social para el fortalecimiento de la moral de la vida pública”.

Los obispos concluyen invitando a la esperanza: “la crisis puede ser también una ocasión para la tarea apasionante de mejorar nuestras costumbres y de ir adoptando un estilo de vida más responsable del bien de la familia, de los vecinos y de la comunidad política”. Los obispos, terminan la Declaración haciendo una llamada a dar “en nuestra vida signos de esperanza para los demás, por pequeños que sean” y pide a quienes corresponda que den un signo de esperanza “a las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son desahuciadas. Es urgente encontrar soluciones que permitan a esas familias -igual que se ha hecho con otras instituciones sociales- hacer frente a sus deudas sin tener que verse en la calle. No es justo que, en una situación como la presente, resulte tan gravemente comprometido el ejercicio del derecho básico de una familia a disponer de una vivienda. Sería un signo de esperanza para las personas afectadas. Y sería también un signo de que las políticas de protección a la familia empiezan por fin a enderezarse. Sin la familia, sin la protección del matrimonio y de la natalidad, no habrá salida duradera de la crisis. Así lo pone de manifiesto el ejemplo admirable de solidaridad de tantas familias en las que abuelos, hijos y nietos se ayudan a salir adelante como solo es posible hacerlo en el seno de una familia estable y sana”. 


EL PARO EN PALENCIA 

Palencia es la provincia de España en la que más creció el paro en el último año. Durante estos doce meses el paro creció un 22,38 % (2.860 personas), y sitúa el número total de desempleados en 14.656. Además, es la sexta provincia con peor dato si se compara el número de parados respecto al mes anterior.

Así, el paro subió en Palencia en septiembre un 4,80 %, por lo que la provincia tiene 671 desempleados más que en agosto. Sólo Soria registra un dato peor en Castilla y León, datos que colocan a la nuestra provincia lejos de las medias de la Comunidad (3,03%) y del país (1,72%).

La mujeres siguen siendo mayoría en (7.587), aunque la distancia respecto a los hombres (7.069) se reduce. Asimismo, del total de parados, 1.851 personas tenían menos de 25 años.

El sector servicios continúa a la cabeza en número de desempleados (8.473), por delante de la construcción (2.121) la industria, (1.786), y la agricultura, (714). También llama la atención que 1.562 demandantes de empleo no tenían ninguna experiencia laboral.

En septiembre se firmaron en la provincia 4.463 nuevos contratos, un 9,66% más que en agosto, pero un 11,97% menos que en el mismo mes de 2011. De estos fueron temporales 4.170. De los 293 indefinidos, 206 ordinarios, 85 de conversión y 2 de personas con discapacidad.

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