28 de octubre de 2012 - XXX Domingo del T.O.
- Jer 31, 7-9. Guiaré entre consuelos a los ciegos y cojos.
- Sal 125. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
- Heb 5, 1-6. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
- Mc 10, 46-52. Maestro, haz que pueda ver.
Los últimos domingos marcados por el “camino hacia Jerusalén” encuentran hoy su culminación. Los que siguen a Jesús, necesitados de luz para ver claro el camino, son testigos de un acontecimiento revelador: la curación del ciego Bartimeo, el último de los milagros de Jesús en el evangelio de Marcos.
Es una narración llena de simbolismos y contrates. Como a los hijos del Zebedeo del domingo anterior, Jesús pregunta al mendigo: “¿Qué quieres que haga por tí -vosotros-?” La identidad de la pregunta acentúa la diferencia de la respuesta: Santiago y Juan quieren los puestos de honor, sentarse al lado de Jesús; el ciego Bartimeo cansado ya de estar sentado, solamente desea recobrar la vista para “seguir” a Jesús. El contraste es aleccionador y la figura de este ciego se convierte en modélica para todo discípulo.
El Papa Benedicto XVI nos ha convocado con la Carta Apostólica Porta Fidei, al año de la fe, desde el 11 de octubre de 2012 hasta el 24 de Noviembre de 2013, fiesta de Cristo Rey. El texto que hoy comentamos nos pone en camino.
“La figura del ciego Bartimeo se convierte en modelo de fe para todo discípulo de Jesús”. Ante el Año de la Fe, ¿qué me falta para un encuentro personal con Jesucristo?
José González Rabanal
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