El pasado 8 de julio, Benedicto XVI alentó a los peregrinos que se habían acercado a Castel Gandolfo a no poner “a Dios de vacaciones” y a usar “esta época de vacaciones viviendo aún más profundamente en Cristo, para recibir de él la dirección en nuestra vida, para ser testigos de su poder divino”.
El verano es una buena oportunidad para recordar el Decálogo para la utilización del tiempo, que nos propone el sacerdote Joan Bestard:
2. Busca tiempo para rezar. Es el modo de entrar en contacto con Dios y expresarle tu amor.
3. Busca tiempo para meditar. Es un ejercicio necesario para llegar a la profundidad de tu corazón.
4. Busca tiempo para dialogar. Es la acción más noble del ser humano a través de la cual uno escucha y habla, reciba y da; y así crece y se consolida la amistad.
5. Busca tiempo para observar a los demás. Es una atitud que te enseñará mucho y te ayudará a imitar lo positivo de los otros y a evitar sus defectos.
6. Busca tiempo para contemplar la naturaleza. Es el arte de Dios, donde El se ha manifestado en toda su belleza.
7. Busca tiempo para trabajar, hacer algo, diligentemente. Es el precio que has de pagar por realizarte a ti mismo, ser útil a los demás y construir una sociedad más justa y humana.
8. Busca tiempo para viajar. Es una actividad que enriquece en gran manera, porque entras en contacto con gentes y culturas diversas que te pueden complementar.
9. Busca tiempo para evaluarte a ti mismo. Es un momento propicio para hacer balance, de decidir con energía lo bueno que debes potenciar y lo malo que debes corregir.
10. Busca tiempo para amar. Es la esencia de la vida, que brinda al ser humano sentido y felicidad.
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