Inmersos en el tiempo estival... ¿nos hemos parado a pensar alguna vez cómo deben sentirse las personas que en sus días libres no tienen dónde acudir? ¿a qué familiar visitan? ¿con quién quedar a comer? Alejados de esta realidad viven muchos reclusos que cuando llega el anhelado permiso y no tienen dónde ir.
Cáritas, alertada por este tipo de necesidades, fundó en el año 2000 la Casa de Acogida para la integración social de los internos del C.P. de Dueñas. Desde el año pasado, la Casa también acoge a reclusos de los centros de Burgos y León, ya que en esas ciudades no existe, como tal, casa de acogida. Pues bien, durante el 2011, la Casa atendió a 109 reclusos.
En la Casa de Acogida trabajan dos personas y colaboran de manera voluntaria 26. Cabe destacar que desde hace unos años, existe un turno de sacerdotes-voluntarios que se quedan a dormir diariamente en la Casa de Acogida. De esta manera, la casa no es únicamente un lugar al que acudir para tener un techo donde dormir... sino que es algo mucho más amplio: un lugar donde se es acogido, escuchado y acompañado. Allí se respira lo más parecido a un ambiente familiar.
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