Talla en madera policromada. S. XVI-XVII. Autor anónimo. Museo Diocesano. Procede de la desaparecida población de San Jorde. |
Nació Jorge -o Georgio- hacia el 270 en Capadocia (Turquía) hijo de un pagano oficial del ejército romano y de una cristiana. Esta, muerto su marido, volvió a su ciudad natal, donde Jorge fue educado cristianamente. A los treinta años era tribuno romano y fue destinado a Nicomedia como guardia personal de Diocleciano, que en el 303 decretó persecución contra todos los cristianos. Jorge se negó a ofrecer sacrificios a los dioses paganos y por ello fue torturado y decapitado el 23 de abril del 303. Muchos testigos quedaron impactados por su fe y fortaleza y se animaron a convertirse... entre ellos la misma emperatriz Alejandra y una anónima sacerdotisa pagana.
Sus restos fueron trasladados a Lydda, y pronto se le veneró como santo mártir. El Emperador Constantino le levantó una iglesia en Lydda, que fue destruida en 1010 por los musulmanes y reconstruida por los cruzados en 1191 que difundieron su culto por Europa. Este último templo fue arrasado por Saladino en el S. XII y en 1872 fue levantada la actual basílica.
Fue canonizado en 494 por Gelasio I, y en el decreto incluyó la frase, “junto aquellos, cuyos nombres son justamente reverenciados, pero cuyos actos son sólo conocidos por Dios”. Esta afirmación fue motivo de atribuirle historias, milagros, leyendas, y victorias llenas de fantasía y dudosa veracidad. Entre ellas, “la leyenda del dragón” que se aposentó junto a la fuente que proveía a la ciudad de Nicomedia. Los ciudadanos, al ir a recoger agua tenían que apartarle, y para ello le ofrecían diariamente un sacrificio entre las jóvenes de la ciudad. Cuando resultó seleccionada la princesa local, su padre intercedió para salvarla, pero no lo consiguió. Cuando estaba a punto de ser devorada por el dragón apareció San Jorge montado a caballo, mató a la bestia y liberó a la princesa. Como consecuencia de hecho tan maravilloso todos los habitantes de la ciudad se convirtieron al cristianismo y declararon al mártir su patrón.
El arte le representa a caballo matando al dragón, la princesa a su lado y muchas veces también aparece el padre. En la diócesis existió un pueblo dedicado al santo: San Jorde, junto al actual Sotillo de Boedo, y del cual sólo se conservan las ruinas de su iglesia parroquial.
Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio
Oración
Dios de poder y misericordia, que infundiste tu fuerza al mártir san Jorge para que pudiera soportar el dolor en el tormento, concede a los que hoy celebramos su victoria vivir defendidos de los engaños del enemigo, bajo tu protección amorosa.
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