El equipo de Pastoral Social celebró el pasado 2 de abril la última de las Jornadas de Formación Social con la presencia del sacerdote José Manuel Aparicio quien ofreció pautas e intentó dar respuesta a la pregunta: ¿Cuál es la economía que mata y que nos mata?
Aparicio se centró en exponer los fundamentos -como, por ejemplo, la propiedad privada- de la forma de entender la economia por parte de la Iglesia para hacer ver que según como se entiendan estos se pueden traducir en dinámicas económicas que generan vida o que generan dificultad.
El concepto de economía en la doctrina social de la iglesia puede centrarse en tres parámetros globales que son: «si los bienes materiales dejan de ser medios para la consecución de la felicidad y se convierten en objetivos, la economía empieza a matar»; «si se olvida el carácter relacional de la persona y se olvida la obligación que tenemos de relación y de responsabilidad sobre otros y la economía se convierte no en una herramienta de desarrollo colectivo sino simplemente personal, esa economía mata»; y, retomando las claves de Benedicto XVI «cuando la economía se separa de la ética, esa economía también mata».
En cuanto a las pautas que ofreció para la distribución justa de los bienes, aludió al concepto de la austeridad. Aseguró que «hace años este concepto no se hubiese podido pronunciar porque sonaría a trasnochado, pero después de la crisis vivida en el 2007, la austeridad se convirtió en una de las banderas de planteamientos políticos y económicos. La Austeridad consiste en el aprendizaje a vivir con los recursos necesarios. En mi opinión -afirmó Aparicio- es una visión profundamente liberadora entender que los bienes que vamos a adquirir son medios para un fin mayor. La austeridad consiste en comprender que la satisfacción que vamos a obtener a través de los bienes materiales es limitada y a partir de ahí es una oportunidad para la redistribución. Son conceptos que suponen una forma de generar una cultura y una perspectiva distinta. Recuperar esa austeridad es nuestro reto».
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