domingo, 5 de julio de 2015

Porque quieres lo mejor para ellos

Nos decía Benedicto XVI, que «la dimensión religiosa es intrínseca al hecho cultural, contribuye a la formación global de la persona y permite transformar el conocimiento en sabiduría de vida». La enseñanza de la religión, libremente elegida por los padres, ayuda a descubrir que «la dimensión religiosa no es una superestructura, sino que forma parte de la persona, ya desde la primera infancia; es apertura fundamental a los demás y al misterio que preside toda relación y todo encuentro entre los seres humanos. La dimensión religiosa hace al hombre más hombre».

Así pues, «la educación católica -dice el Papa Francisco- es uno de los desafíos más importantes de la Iglesia, dedicada hoy en realizar la nueva evangelización en un contexto histórico y cultural en constante transformación».

Carta de Dionisio Antolín Castrillo. Delegado diocesano de Enseñanza.

Queridos padres y jóvenes:
 
Siempre es momento de hacer opciones, de tomar decisiones que marquen el hombre y la mujer que queremos ser. La persona se construye con las pequeñas decisiones que va tomando en cada uno de los momentos de su vida. Somos lo que elegimos ser. Y para que sean decisiones voluntarias y responsables deben de estar guiadas por lo que siempre se dijo que son los momentos de una acción voluntaria: Conocimiento, deliberación de los pros y los contras y la consiguiente elección; y por último la ejecución. En el tema que nos ocupa: elegir la asignatura de religión.

Pues bien, en este tiempo en que se está formalizando la matrícula de los alumnos en los Centros de Enseñanza en los distintos niveles, es uno de esos momentos claves de toma de decisiones. Por ello,  desde esta Delegación diocesana de Enseñanza hago una llamada insistente:

  • A los padres, que sois los primeros educadores y testigos de la fe de vuestros hijos, para que ejerzáis vuestra vocación y misión. Sois los depositarios de los derechos fundamentales de la educación y, por eso, debéis pedir la clase de Religión, si esa es vuestra convicción. De esta decisión solamente tendréis gozo y alegrías, en el presente y en el futuro, porque con ello estáis deseando transmitir a vuestros hijos una cultura y unos valores, que son los vuestros y que consideráis la mejor herencia a transmitir.
  • A los alumnos, para que seáis responsables y pidáis la clase de Religión y Moral Católica para el próximo curso. En el centro de la enseñanza religiosa está la persona de Jesucristo. Jesús es el Camino que nos lleva a Dios. Jesús es el Maestro de la Verdad. Jesús es el Maestro de la Vida.
  • En el ejercicio de este derecho y deber invito encarecidamente a los sacerdotes y religiosos, para que colaboren en esta importante tarea.
  • Igualmente, a los profesores de Religión, que en nombre de la Iglesia transmiten la doctrina católica de modo académico en diálogo entre la fe y la razón.
  • Confío que los responsables de la Dirección de los Centros Escolares sean siempre respetuosos de los derechos de los padres, de los alumnos y de los profesores, y favorezcan su correcto ejercicio.
La legitimidad de la asignatura de religión se fundamenta en que:
 
  • Es una exigencia de la escuela por sus contribuciones educativas: la dimensión religiosa, con su sentido globalizador, es una de las áreas que más contribuye al logro de una auténtica maduración de la persona: es fuente de valores, nos ayuda a descubrir la relación con Dios, con los demás y con el mundo, según el plan de Dios, asienta la vida en principios sólidos, nos da la respuesta adecuada a las preguntas fundamentales y genera en el alumno comportamientos morales.
  • Es un derecho fundamental de las familias amparado por nuestra Constitución Española: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres, para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (Art. 27, 3).
  • Es, finalmente, un servicio eclesial a la sociedad palentina.

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