Se acerca la festividad de Santiago y es una época en la que hay una gran afluencia de peregrinos por los distintos lugares por los que pasa el Camino de Santiago. En nuestra Diócesis existen numerosas congregaciones que atienden a los peregrinos y que se vuelcan para hacer más fácil los kilómetros que arrastran los pies de estos peregrinos.
El albergue parroquial de Carrión de los Condes que atienden las Hermanas Agustinas del Monasterio de la Conversión es un claro ejemplo de ello. Estas religiosas, junto con un grupo de voluntarios, se encargan de la acogida cristiana a estos peregrinos. «El peregrino cuando llega a nuestra casa lo que se encuentra es que alguien le está esperando y le recibe con alegría», comenta la Hermana Carolina, una de las responsables del albergue.
Además, ofrecen la posibilidad de compartir una experiencia de oración por la tarde con el rezo de vísperas y también se les invitan a participar en la Eucaristía con la bendición final al peregrino. Además, de compartir el Pan de Jesús también se comparte el pan de la cena.
La hermana Carolina destaca que «hay muy pocos peregrinos que hacen el Camino de Santiago por turismo o deporte». Asegura que «los peregrinos son hombres y mujeres inquietos, que buscan algo y por eso hacen miles de kilómetros, vienen de Nueva Zelanda, Corea, Canadá para recorrer este camino que luego, en su propio transcurso, despierta en ellos mismos muchas preguntas». De hecho, «en nuestra casa y en la Iglesia es muy habitual ver cómo se derraman muchas lágrimas y eso te hace comprender que el peregrino tiene el corazón abierto y está buscando algo».
Natalia Aguado León
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