Unas líneas para relatar mi experiencia en la Pascua en el Monasterio de la Conversión de Becerril de Campos con las Hnas. Agustinas, fue la primera celebrada con ellas y no sé si la última puesto que probablemente no celebren más en Palencia.
Se trata de un Triduo Pascual muy abierto pues se puede participar libremente en aquello en que buenamente podamos; jóvenes, mayores, familias... todos tienen su espacio lleno de fraternidad. Los más jóvenes tienen actividades propias aunque las celebraciones son comunes. Nos congregamos unas 150 personas de orígenes muy diversos; había grupos de Burgos, Madrid, Granada, Alcalá, Talavera... unos cuantos hermanos extranjeros de Estados Unidos, de varios países de Europa, América latina y una media docena de palentinos, también contamos con la presencia de Susanne Schlingmann hermana protestante que ya estuvo en la Semana por la unidad de los cristianos y que se acercó para compartir estos días pascuales.
En los momentos de compartir el tiempo de la comida o las experiencias personales, se respira un gran desprendimiento y fraternidad entre todos los asistentes.
Bajo el lema de “Sacrum Convivium” estos días nos centramos en la Eucaristía y sus implicaciones en la comunión, así como en intentar vivir “por Cristo, con Él y en Él”, todo desde una perspectiva que termina aterrizando en el día a día de la vida de un cristiano.
También hubo momentos de diversión tras la Vigilia Pascual con canciones, risas y un estupendo chocolate de las Hermanas.
Animo a todos los palentinos a compartir los momentos de fe que nos ofrecen las Hermanas Agustinas durante todo el año.
Alberto Rueda
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