viernes, 12 de octubre de 2012

Ubi arcano

Me siento afortunado de tener amigos que de vez en cuando me recomiendan lecturas. A traves de ellos llego a textos que jamás podría haber encontrado yo solo. Textos que se convierten en un tesoro... y que me siento obligado a compartir con vosotros.

No hace mucho, desde el teclado de mi ordenador charlaba (por el Facebook, que también vale para estas cosas) con una buena amiga. Hablabamos de lo “poco divino” y “poco humano” del mundo en el que vivimos. Y, de repente, me dijo: “Txomin cuando tengas tiempo lee a PÍO y Ubi Arcano. Te ayudará a entender muchas cosas. Un abrazo”. Y así se quedó la cosa.

Gran mosqueo. ¿Quién sería Pío? ¿Qué sería Ubi Arcano? Vamos a Google... y ¡plas! A un solo “click” aparece una Encíclica de Pío XI, titulada “Ubi arcano. La paz de Cristo en el reino de Cristo”. Fechada el 23 de diciembre de 1922, coincidiendo con el Año I de su Pontificado.

“¡Anda que no ha llovido desde entonces!” -pensé. Y “¿a qué me trae esta ahora... a este buen señor?” -repensé. Y tras cinco minutos de lectura, concluí: “Este texto -salvando las distancias- parece escrito ayer por la mañana”.

Al grano. En Ubi arcano, el Papa Pío XI hace un análisis del mundo de su época, que se parece peligrosamente al que nos toca vivir. Un mundo en el que había una alarmante falta de paz a todos los niveles, y en el que crecía la desigualdad de una manera preocupante. El Papa nos cuenta lo que ve, analiza las causas... y propone soluciones. Poco caso se le debió hacer. Estaba por llegar el “Crack del 29”, el ascenso de los fascismos, la II Guerra Mundial, la muerte de millones de personas y la división del mundo en dos bloques.

Me causa una profunda desazón ver cómo la Historia se repite y caemos sistemáticamente en los mismos errores. Ojalá no volvamos, un siglo después, al mismo punto. Porque se supone que deberíamos aprender de los errores para no volver a cometerlos.

Por buscar un consuelo... Pensar que de aquella se salió. Después de años y sufrimientos, pero se salió.

Si te ha picado el gusanillo... ya sabes. Anímate a leer.

Domingo Pérez

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