domingo, 14 de octubre de 2012

Vende lo que tienes y sígueme

14 de octubre de 2012 - XXIII Domingo del T.O.

- Sab 7, 7-11. En comparación de la sabiduría, tuve en nada la riqueza.
- Sal 89. Sácianos de tu misericordia, Señor. Y toda nuestra vida será alegría.
- Heb 4, 12-13. La palabra de Dios juzga los deseos e intenciones del corazónl.
- Mc 10, 17-30. Vende lo que tienes y sígueme

Seguimos leyendo evangelios que nos hablan de lo que significa seguir a Jesús”. Si el pasado nos hablaba de la relación entre hombre y mujer en la unión de amor, hoy hallamos otro tema no menos importante, no menos presente en nuestra vida: el dinero. La ocasión se la presta “uno”, en el caso de Marcos, “un hombre importante” -Lucas- “un joven”-Mateo-, y así ha pasado a la posteridad cristiana como el “joven rico”, se le acercó a Jesús y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?

Jesús le recuerda los mandamientos, que según la tradición judía, son el camino de la salvación. Pero omite lo que se refiere a Dios y solo habla de los que pueden hacer daño a las personas. ¡Aquel hombre “todo eso lo había cumplido desde joven”! Los mandamientos son una síntesis sabia, que ofrece los elementos básicos para construir unas adecuadas relaciones con Dios y la sociedad. No es extraño que Jesús lo mirara con cariño. Lo que le va a decir es muy importante: “Te falta una cosa: vende lo que tienes, dalo a los pobres... ven y sígueme”.
 
No esperaba el rico tan radical propuesta a sus inquietudes religiosas: “frunció el ceño y se marchó triste”. Mirando alrededor, Jesús dijo: “¡Qué difícilmente entraran en el reino de Dios los que tiene riquezas!” No está afirmando que la riqueza sea mala y la pobreza, por el contario, buena; lo aclara después el mismo Jesús: “¡Qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero!”. Que significa que puede distorsionar nuestras decisiones porque nos da la falsa ilusión de poder comprar el amor, la felicidad, incluso la salvación con dinero.

La lógica del Reino no es acumular, sino compartir, especialmente con los más pobres. Y es el mejor negocio, tiene una alta rentabilidad nos dice el mismo Jesús: “quien deje casa... tierras por mí y por el evangelio, recibirá ahora cien veces más; y en la edad futura vida eterna”. 

“La lógica del reino no es acumular, sino compartir, especialmente con los más pobres”. ¿He vivido y gozo con la rentabilidad del Reino de Dios?

José González Rabanal

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