miércoles, 10 de octubre de 2012

Confesor y confesiones

¿Por qué Doctor de la Iglesia? ¿Por qué ahora? Las muchas predicaciones de San Juan de Ávila; sus miles de cartas a personas de muy distinta categoría y condició; sus numerosos escritos, muy especialmente a Concilios y sacerdotes; y sus pláticas a monjas, como la vida en pobreza... no bastan para ser doctor de la Iglesia.

También otros muchos santos fueron misioneros y escribieron en abundancia. ¿Qué otra distinción y singularidad hay en San Juan de Ávila? Fue confesor de confesonario y procuro formar a confesores. Sacerdotes dedicados a la confesión bajo el signo de la dirección espiritual.
 
San Juan de Ávila pasaba muchas horas en el confesonario. Y escribe a los obispos para que procuren que haya siempre confesores junto a los predicadores. Para él no bastaba la predicación. Era necesaria la confesión, que terminase en dirección espiritual si queremos que la Iglesia se muestre al mundo como mensajera de Jesús y anunciadora de su Evangelio.

En el Tratado de Reforma, escribe: “Reformados los cabildos, se reforman los predicadores y confesores. Conviene mucho advertir a los obispos que conviene tengan en sus obispados predicadores, a los cuales les acompañen confesores”. Y añade: “Son muy necesarios los confesores en los pueblos, aunque los curas de ellos les prediquen con mucha diligencia. Los confesores son como las redes en cuyas mallas vienen a parar las almas movidas del Señor”.
 
San Juan de Ávila no sólo fue consejero de santos, sino que ejercía sobre ellos la dirección espiritual. Ahí tenemos el caso de santa Teresa, de San Juan de Dios... ¿Confesión y dirección espiritual? Es el mal de nuestros tiempos. A menos confesión y menos dirección espiritual, habrá más debilidad espiritual en los cristianos.
 
San Juan de la Cruz escribe: “Procure siempre confesarse con mucho conocimiento de su miseria y con claridad y pureza” ... “Estar sin dirección espiritual es como estar un árbol sólo y sin dueño” ... “El que a solas cae a solas se está caído”. Todos conocemos la doctrina de Santa Teresa sobre los confesores y cuánto sufrió ella en los confesonarios. Necesitamos más confesión y más dirección espiritual, nos dice el nuevo Doctor de la Iglesia.

Germán García Ferreras

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