Hacer un Comunicado no es fácil. Hay que medir las frases... y muchas veces nos alargamos. Por eso llama la atención el que lanzó Unicef la semana pasada. Encabezamiento, firma y una frase seguida de líneas en blanco. Era, más o menos, así:
Informaciones sobre muertes en masa de niños en Ghouta y Damasco. Por Geert Cappelaire, responsable de UNICEF para Oriente Próximo:
“Ninguna palabra hará Justicia a los niños asesinados, sus madres, sus padres y sus seres queridos”.
Cómo lo estarán viendo para hacer esto. Un poco más tarde, Geert Cappelaire añadía en Twitter: “Ya no tengo palabras para describir su indignación y el sufrimiento de los niños”. Y Unicef se preguntaba: “¿Todavía tienen palabras aquellos que están infligiendo el sufrimiento para justificar sus actos bárbaros?”
48 horas seguidas de bombardeo. Más de 200 civiles muertos. Muchos de ellos... niños.
A mí ya me da lo mismo quién bombardee a quién. Esto tiene que parar ya.
Pero no me da lo mismo... la vida de gente que sencillamente quiere vivir. No me da lo mismo que sigamos mirando para otro lado. No me da lo mismo que tengamos la conciencia tranquila. Y no me da lo mismo el silencio internacional y el silencio de nuestros gobiernos.
El pasado día 23 el Papa nos pidió que rezáramos por la Paz. Hay que seguir haciéndolo.
Rezando y trabajando por la Paz. Hasta agotarnos.
Txomin Pérez
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