Cristo lava los pies a San Pedro. Escultura en bronce dorado. Augusto Dueñas, año 2010. Museo Diocesano de Palencia. |
Imitando el gesto que hizo Jesús en el cenáculo de lavar los pies a los apóstoles, en muchas parroquias se realiza el lavatorio de los pies a doce miembros de la comunidad. El rito incluido en la Missa in cena Domini no es obligatorio, pero tiene un significado profundo. La acción realizada por Jesús debe ser imitada por toda la comunidad, por todos los cristianos, sirviendo a los más pobres, y saber darse a los demás como Él se nos dio a todos. Y se hace en la misa de Jueves Santo en la que se conmemora la institución de la Eucaristía, del orden sacerdotal y el mandamiento nuevo del amor fraterno, suprema ley para todos y hacia todos.
El origen del rito está en la iglesia primitiva y ya aparece en el misal de San Pio V (1570) y en el Caeremoniale Episcoporum de 1600. El Misal fue reformado por Pío XII, hasta llegar al Misal Romano de San Juan Pablo II (1979), que lo simplifica: por ejemplo, omite el número de doce, permaneciendo la reserva sólo a los hombres por el valor imitativo. El Papa Francisco, mediante Carta Apostólica (20-XII-2014), y Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (6-I-2015) ya habla de elegidos entre el pueblo de Dios, sean hombres o mujeres.
Ya no se habla del valor imitativo del gesto, sino del significado de lo que hizo Jesús con alcance universal: donarse hasta el final para la salvación del género humano. Su caridad abraza a todos y a todos hermana en la práctica de su ejemplo. El ejemplo del Señor va más allá del lavar los pies, para comprender que expresa el servicio del amor tangible por el prójimo.
En nuestra Catedral, el rito del lavatorio de los pies era costumbre hacerlo con 12 pobres de la ciudad y posteriormente el Sr. Obispo los invitaba a comer en su palacio. Buen y profundo gesto de servir a Cristo en los más necesitados.
Son muy pocas las obras de arte con el tema del lavatorio de los pies en la Diócesis. Encontramos este motivo en las parroquias de Añoza y de Boada, y en el Museo Diocesano que exhibe una escultura en bronce dorado, del autor contemporáneo Augusto Dueñas, regalo de la CEE a D. Ángel Sancho.
Haz Señor que como comunidad cristiana y personalmente sepa imitar tu gesto de entrega total, haciéndote esclavo por nosotros sirviendo a mis hermanos los hombres, como Tú nos serviste a todos.
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