2 Crón 36, 14-16. 19-23. La ira y la misericordia del Señor serán manifestadas en el exilio y en la liberación del pueblo.
Sal 136. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Ef 2, 4-10. Muertos por los pecados, estáis salvados por pura gracia.
Jn 3, 14-21. Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él.
Hoy es un domingo de alegría porque se acercan ya las fiestas pascuales. En ellas celebraremos nuestra salvación por pura gracia de Dios, que, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo (2 lect.). La alegría que sintió el pueblo de Israel cuando fue liberado de la cautividad de Babilonia (1 lect.). La alegría de saber el amor que Dios nos tiene, que envió a su Hijo al mundo no para condenarlo, sino para salvarlo. Este don requiere por nuestra parte recibirlo con fe: todo el que cree en Él tendrá la vida eterna, no será condenado. Pero el que no cree en el nombre del Hijo único de Dios, ya está condenado (Ev.).
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