La cosa iba como la seda. Todo en orden y siguiendo el guión establecido. Al minuto. Hasta que llegó el momento de recorrer las naves de la Catedral para saludar y bendecir “de una manera grupal” a los fieles congregados. Y acompañando a D. Manuel tenían que ir D. Carlos Osoro y D. Nicolás Castellanos. Pero nuestro ya Obispo... nos cambió el guión.
Y decidió invitar a acompañarles por las naves de nuestra Seo a todos los presentes que habían sido Obispos palentinos. Y se sumaron a la comitiva D. Ricardo Blázquez, D. Rafael Palmero, D. José Ignacio Munilla y D. Esteban Escudero. Que se miraron sorprendidos y sonrientes, todo hay que decirlo.
Y de repente media Catedral se puso de pie... para saludar a sus pastores. Y ya no volvimos a recuperar ni el guión, ni el tiempo... ni falta que hizo.
En el despacho donde escribimos estas cosas... muchas veces comentamos que “cuánto nos gusta que el Papa Francisco se salte el protocolo y nos cambie el paso”. Porque tenemos previsto el paso previsto... y el Papa nos gira, nos descoloca y nos enfoca. Con una mirada, un gesto, o una palabra nos recoloca en un punto importante. Nuevo. Y luminoso.
Don Manuel “se saltó el protocolo”. Y mucho que se lo agradezco. Y mucho que me gusto este “paseo” en conjunto. Y sé, porque lo sé... que ha sido un gesto agradecido por las 3.500 personas que llenaban la Catedral. Que guardan buen recuerdo de sus pastores y que quieren caminar con Usted.
Además, también el Obispo está para saltarse el guion. Para, retomando el pasado, escribir de una manera nueva. Cambiándonos el paso. Bienvenido D. Manuel. Gracias D. Manuel.
Domingo Pérez
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