Encuentro eclesial del arciprestazgo del Valle en 2013 |
«La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida, o un adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento más de la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo. Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece la enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma, esos que han decidido a fondo ser con los demás y para los demás. Pero si uno separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra, todo se vuelve gris y estará permanentemente buscando reconocimientos o defendiendo sus propias necesidades». Este número de la exhortación del Papa Francisco resume muy bien lo que pretendemos desde hace ya cinco años en estas jornadas que celebramos en nuestra zona pastoral. Este año hemos trabajado la importancia de la comunidad en la educación, la atención a unos valores que debemos cuidar y en los que educar. Fueron unos días bonitos de reflexión y de encuentro, que nos ayudan a responder desde el evangelio a los retos que la vida nos va descubriendo. Luis A. Roldán
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