Toma de Posesión y comienzo del Ministerio Episcopal
En la homilía en la Eucaristía de toma de posesión como Obispo de Palencia, celebrada en la S.I. Catedral, el domingo 29 de agosto de 2010, Mons. Escudero recordó las propuestas presentadas por el Papa Juan Pablo II, relativas a la comunión eclesial y a la espiritualidad de comunión: «Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo» [Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte, 43].
Trabajar por esta Comunión -entendida como una manera de ser y de obrar, una relación con Dios y con los hombres característica de los cristianos- ha sido una de las prioridades en su Ministerio Episcopal en Palencia. «Los cristianos han de vivir en unión con Dios y en unión con todos los demás bautizados, sus hermanos -afirmó- Ambas realidades se implican mutuamente y no pueden darse una sin la otra. La comunión, pues, implica siempre una doble dimensión: vertical, la comunión con Dios y horizontal, la comunión entre los hombres».
También afirmó que «La Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia son puntos de partida para iniciar todo diálogo pastoral y toda participación en la vida de la comunidad eclesial. Por ello, el Papa Juan Pablo II, al mismo tiempo que invitaba a fomentar el diálogo y la colaboración en la misión de la Iglesia, advertía de la importancia de confluir en lo que es esencial en la fe cristiana, ya que sin ello no puede darse una auténtica comunión eclesial: “La teología y la espiritualidad de la comunión aconsejan una escucha recíproca y eficaz entre pastores y fieles, manteniéndolos por un lado unidos a priori en todo lo que es esencial y, por otro, impulsándolos a confluir normalmente incluso en lo opinable hacia opciones ponderadas y compartidas” [Juan Pablo II, Novo Millenio Ineunte, 45] […] Sólo si vivimos de verdad esta espiritualidad de comunión, podremos lanzarnos después a una auténtica misión evangelizadora en nuestra Diócesis. Comunión para la misión y misión desde la comunión. La una no puede ir separada de la otra».
Así pues, el cultivo de una «espiritualidad de comunión» para poder «lanzarnos después a una auténtica misión evangelizadora en nuestra Diócesis. Comunión para la misión y misión desde la comunión. La una no puede ir separada de la otra».
Plan Pastoral Diocesano2011-2016
El 29 de agosto de 2011, en el primer aniversario de la inauguración de su ministerio episcopal en nuestra Diócesis, expresó el agradecimiento por «las muchas muestras de cariño que he recibido durante este año pasado entre vosotros: muestras de cariño en el presbiterio palentino, muestras de cariño en los religiosos y religiosas, tanto de vida activa, como de vida contemplativa y muestras de cariño, sobre todo, de la gente sencilla y austera de esta noble tierra castellana»... y anunció la inminente presentación del Plan de Pastoral 2011-2016.
Este Plan de Pastoral 2011-2016 fue la feliz conclusión de un trabajo de corresponsabilidad, y un avance en la comunión eclesial, al menos respecto a la reflexión en común sobre nuestra realidad diocesana. Varios miles de personas participaron -con la oración y reflexión, compartiendo la Palabra de Dios y los textos del Magisterio- para dar forma a las más de dos mil propuestas presentadas. Un documento en el que quedaban plasmadas las líneas fundamentales de su ministerio episcopal en adelante, con dos claves de importancia: “La nueva evangelización” y “La nueva espiritualidad”.
La necesidad de una «nueva evangelización, a pesar de las profundas raíces religiosas de esta tierra castellana» pues «nos encontramos en una época de profunda secularización, que ha perdido la capacidad de escuchar y de comprender la palabra evangélica como un mensaje vivo y vivificador».
Así, el Plan Pastoral recogía propuestas para la renovación de la catequesis, el funcionamiento la Oficina de Comunicación Diocesana, el replanteamiento de la formación permanente del clero y de los diversos agentes de pastoral, laicos o religiosos, la celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos, el fomento del voluntariado, para que en ninguna parroquia falte la atención económica y de acompañamiento de los más pobres y desfavorecidos, para la restructuración de la Curia Diocesana, para incrementar la pastoral juvenil y vocacional, para la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia... hasta completar las 240 propuestas aprobadas.
Y la necesidad de una «nueva espiritualidad» pues «sin una conversión interna a Jesucristo, sin una revitalización de la espiritualidad y la vida interior, no podremos conseguir nada, o muy poco». No “nueva”, porque sea “original”, sino “nueva” en el sentido de una «revitalización de lo que siempre han sido las fuentes de la santificación del cristiano». Para ello, propuso a los sacerdotes, consagrados y laicos palentinos tres elementos importantes para la renovación de la espiritualidad en estos cinco años: «la lectura orante de la Palabra de Dios, la adoración eucarística y la comunión apostólica con la Iglesia universal».
Visita Pastoral
El domingo, 15 de enero de 2012, Mons. Escudero anunció el comienzo de una de las tareas pastorales a las que ha dedicado más tiempo y esfuerzo en su etapa como Pastor de la Iglesia palentina.
Afirmaba entonces: «Desde mi llegada a la Diócesis de Palencia, en el mes de agosto de 2010, he tenido ocasión de visitar muchas parroquias con motivo de las fiestas patronales, confirmaciones u otras efemérides parroquiales, predicando en ellas la Palabra de Dios, encontrándome con los miembros del pueblo fiel y administrando los Sacramentos, especialmente la Confirmación y la Eucaristía. También he podido visitar la práctica totalidad de los conventos y monasterios, así como las sedes de los principales movimientos y asociaciones canónicas, y las escuelas católicas y los hospitales. En este sentido, puedo decir con sinceridad que he intentado conocer a mis diocesanos y que ellos ya empiezan a conocerme como su Pastor».
La Visita Pastoral que comenzó oficialmente, el 20 de enero de 2012 en la Parroquia de San Lázaro de la capital palentina... llegó a su fin el pasado mes de febrero con la Visita a la Unidad Pastoral de Frechilla. A lo largo de estos tres años, Mons. Escudero ha recorrido la totalidad de las 81 Unidades Pastorales y 473 parroquias de la Diócesis.
La Visita Pastoral ha buscado revitalizar la fe cristiana y la vida apostólica de todo el pueblo de Dios... desde un espacio propicio para «mantener un contacto personal con el clero y los demás miembros del pueblo de Dios», «conocer personalmente y escuchar a los sacerdotes y a los agentes de pastoral», «rezar con ellos y celebrar los principales Sacramentos de la fe», «conocer y valorar la aplicación del plan pastoral diocesano», «iluminar con su palabra y proponer las oportunas orientaciones pastorales» y «llamar a todos los fieles a una renovación de su propia fe y de su acción apostólica».
En la Homilía conclusiva de cada Visita Pastoral, Mons. Escudero ha exhortado a los fieles palentinos a la «Conversión al Señor», a la «Lectura orante de la Palabra de Dios», a la «Adoración eucarística», a la «Confesión sacramental», a vivir con intensidad la «Eucaristía y comunidad» y a la práctica de la «Caridad cristiana».
Asimismo, durante estos tres años, la colecta realizada en la Eucaristía conclusiva de la Visita Pastoral siempre ha estado dedicada a la “Fundación El Buen Samaritano, Ayuda a las Personas En Paro” instituida por Mons. Escudero el 5 de abril de 2012.
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A la Visita Pastoral hay que sumar:
- Los innumerables encuentros personales realizados en el Obispado de Palencia. Durante estos años ha recibido a sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas de manera particular o representantes de colectivos y asociaciones, autoridades civiles, militares, académicas... y un largo etcétera.
- La presencia de Mons. Escudero en los Encuentros Eclesiales que se celebran anualmente en los distintos Arciprestazgos, así como en muchos de las reuniones ordinarias de los equipos de sacerdotes que acompañan los distintos Arciprestazgos.
- Participación en los momentos importantes de las asociaciones y organizaciones de la vida diocesana: asambleas de Manos Unidas, peregrinaciones a Lourdes, Tierra Santa, Roma...
- Participación en los momentos importantes de Religiosidad Popular de la Diócesis: peregrinación a Santuarios, Romerías de inspiración mariana, fiestas patronales...
- Visitas a las parroquias de la Diócesis con motivo de la administración de Sacramentos, en especial el de la Confirmación.
- Acompañamiento y visita a las distintas Comunidades de Vida Contemplativa presentes en la Diócesis y celebración del Encuentro anual en La Trapa.
- Acompañamiento y visita a las distintas Comunidades de Vida Activa y a sus obras educativas, asistenciales, sociocaritativas...
- Visitas al Centro Penitenciario de Dueñas, al menos dos veces al año... para presidir la Eucaristía del Día de la Merced y la del Día de Navidad.
- Visita anual al Centro de Acogida a Personas Sin Hogar de Cáritas Diocesana de Palencia para presidir la Eucaristía del Día de las Personas Sin Hogar.
- Encuentro anual con los Misioneros palentinos que regresan a casa para pasar un tiempo de descanso.
- Recepciones en el Obispado para felicitar las fiestas navideñas, y entregar el “Evangelio del día” del año entrante.
- Encuentro navideño con los niños que van a celebrar el año entrante la Primera Comunión y entrega de premios del concurso de felicitaciones de Navidad.
Reforma de la Curia Diocesana
La Curia es el instrumento principal al servicio del Obispo para el gobierno de una Diócesis, principalmente en la dirección de la actividad pastoral, en la administración de la Diócesis, así como en el ejercicio de la potestad judicial.
Siguiendo las directrices del Plan de Pastoral Diocesano 2011-2016, que aconsejaban «realizar un estudio sobre la Curia y las Delegaciones Diocesanas para llevar a cabo una restructuración y simplificación de las mismas», el 1 de septiembre de 2012, entró en vigor el nuevo “Estatuto de la Curia de la Diócesis de Palencia”.
En la Introducción al Estatuto de la Curia se recogía lo siguiente: «En una Diócesis pequeña, como la nuestra, los organismos han de ser los necesarios para prestar los servicios pastorales que demanda nuestra realidad social y eclesial. Por ello, en la presente reestructuración de la Curia se articulan los organismos que tratan de responder a las exigencias del gobierno pastoral de la Diócesis. Al mismo tiempo, la organización de la Curia diocesana está presidida por el principio de la unidad en torno al Obispo, ya que las personas y organismos que la componen son expresión del servicio único que ofrece el Pastor de la Diócesis a la porción del Pueblo de Dios que le ha sido encomendada.
El nuevo estatuto de la Curia Diocesana de Palencia, que presento, tiene como fin primordial ser un instrumento de coordinación en el funcionamiento de los distintos órganos que la componen, para que éstos, a su vez, ayuden a todos los diocesanos -presbíteros, religiosos y laicos- a través, sobre todo de las distintas Delegaciones, y de esta manera constituirse como un medio práctico y útil que contribuya a que el ministerio del Obispo sea más eficaz, haga llegar a todos el Evangelio y procure siempre estar al servicio del bien de las almas».
Con la entrada en vigor de este nuevo Estatuto se dio por finalizado un largo proceso de reflexión y se creó el marco normativo -apoyado en el Derecho Canónico- por el que se rige la Curia Diocesana de Palencia.
En el mismo se recogen aspectos relativos al Consejo Episcopal y a los distintos Organismos Colegiados (Consejo Presbiteral, Colegio de consultores y Consejo Diocesano de Pastoral). Se definen los objetivos y naturaleza del Instituto de Ciencias Religiosas y los referentes al Seminario y la Pastoral Vocacional. Asimismo se apuntan los aspectos relativos a la Curia Administrativa y de Patrimonio (Consejo Diocesano de Asuntos Económicos, Ecónomo Diocesano, Patrimonio artístico, Patrimonio no artístico y Archivo Diocesano), la Curia Judicial (Notaría de matrimonios y Consejo Diocesano de Asuntos Jurídicos), la Oficina de Comunicación Diocesana y la Secretaría Particular y de Protocolo. Una de las principales transformaciones de estos Estatutos son las referidas a la drástica simplificación de la Curia de Pastoral con la creación de seis Delegaciones Diocesanas:
- La Delegación de la Palabra: Enseñanza Religiosa Escolar, Pastoral universitaria, Catequesis, Misiones y Obras Misionales Pontificias y Ecumenismo y Relaciones interconfesionales.
- La Delegación de Liturgia y Religiosidad popular.
- La Delegación de Acción Caritativa y Social de la Iglesia: Cáritas Diocesana, Otros organismos caritativos en la Iglesia diocesana, Pastoral de la Salud, Pastoral Penitenciaria y Pastoral del Trabajo.
- La Delegación para la Vida Consagrada.
- La Delegación diocesana de Laicos: Acción Católica, Pastoral de Infancia y Juventud, Escuela Diocesana de Tiempo Libre, Consejo de Laicos, Pastoral familiar y Defensa de la vida y Pastoral Rural.
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Durante este periodo también han visto la luz otros documentos que viene a regular el funcionamiento ordinario de la vida diocesana, de sus órganos y de distintas organizaciones y colectivos. Así, se han publicado el “Estatuto de los Arciprestes”, el “Estatuto del Consejo Pastoral Diocesano”, el “Estatuto de la Hermandad de Cofradías Penitenciales de Palencia” y muchos de las Cofradías y Hermandades tanto de la capital como del resto de la Diócesis que han renovado sus Estatutos o se han erigido.
Cabe destacar también que durante estos años se ha dotado de una sede estable a tres instituciones importantes en la vida diocesana: la Hospitalidad de Ntra. Sra. de Lourdes, Manos Unidas y la Hermandad de Cofradías Penitenciales de Palencia.
Asimismo se han firmado importantes convenios -de muy diversa índole- con las Instituciones Públicas y Privadas de cara a la búsqueda de un bien común, desde una conveniente independencia institucional que no está reñida con una necesaria colaboración
Reestructuración Pastoral
El 1 de septiembre de 2013, Mons. Escudero dirigió una Carta pastoral a todo el pueblo de Dios en Palencia titulada “La Reestructuración de las Unidades Pastorales”.
En la misma se partía de la configuración sociológica de la Diócesis en la que se constataba: una «gran despoblación, motivada en el mayor número de los casos por razones laborales»; un «envejecimiento de la población de muchos pueblos» con numerosos «núcleos de población muy escasa y de edad avanzada»; el hecho de que «muchas personas, especialmente jóvenes, han tenido que abandonar sus lugares de origen para mejorar sus condiciones de vida, buscando un puesto de trabajo en otros lugares de la geografía española»; así como la existencia de «centros urbanos como Palencia capital y algunos otros pueblos de mayor número de habitantes están recibiendo parte de la población que emigra de las zonas agrarias».
Asimismo, se plasmaba el innegable hecho de «la drástica disminución del número de sacerdotes y de religiosos y religiosas que ha tenido nuestra Diócesis en las últimas décadas» y de la avanzada edad de los sacerdotes que hace que «vaya disminuyendo paulatinamente el número de los que pueden ocupar los puestos que quedarán vacantes por razones de edad, enfermedad o fallecimiento».
Ambas circunstancias -y su poco previsible cambio a medio plazo- tienen consecuencias a la hora de planificar la Pastoral Diocesana. Todo ello, teniendo en cuenta que lo que está en juego es el futuro de la atención religiosa en nuestra Iglesia particular diocesana.
El Consejo Presbiteral Diocesano -máximo órgano consultivo del Obispo- en su reunión del 25 de febrero 2013 logró finalizar el estudio que desde hacía años se venía llevando a cabo. La “reestructuración de las unidades pastorales” no se trataba de una improvisación, sino de una madura reflexión realizada por los propios sacerdotes que trabajan pastoralmente en los distintos arciprestazgos de la Diócesis.
Esta reestructuración estableció «un mapa de la Diócesis donde se delimitan unas unidades pastorales más amplias» que las hasta entonces vigentes y donde se iría concentrando, según se vaya necesitando y progresivamente en los próximos años «la atención pastoral a las parroquias, especialmente en los Domingos y fiestas del año litúrgico».
Esta reestructuración tiene características distintas según se trate de los grandes núcleos, especialmente de la capital, o de los pueblos más pequeños.
- En el primer caso, afirmaba Mons. Escudero «es muy probable que no pueda mantenerse en el futuro la presencia de dos o tres sacerdotes en activo en una misma parroquia e incluso la reestructuración de los límites de las actualmente existentes. La abundancia de parroquias y lugares de culto regidos por órdenes religiosas, sobre todo en el centro de la capital palentina, hace que el número de celebraciones de la Eucaristía dominical sea manifiestamente superior a las necesidades reales para una adecuada atención religiosa a los católicos de la ciudad». Para ello, se viene trabajando en el «replanteamiento urgente de toda la acción pastoral en Palencia capital, en beneficio sobre todo de los barrios más extremos y de las aglomeraciones de su alfoz, que están experimentando un notable crecimiento de residentes, especialmente de matrimonios más jóvenes y de una mayor población infantil y juvenil».
- En los pueblos más pequeños, la reestructuración obligará con el tiempo a «suprimir la Eucaristía Dominical en algunas parroquias, o a celebrarla solamente en determinados días del mes». Si, en el futuro, un sacerdote sigue acumulando a las parroquias que ya atiende las de los compañeros que se jubilan o fallecen, será literalmente imposible celebrar la Misa Dominical en todas las comunidades cristianas a su cargo... con la mínima calidad de atención religiosa que requieren los feligreses.Asimismo, tampoco es una solución «la presencia heroica de sacerdotes ya jubilados que se desplazan todos los domingos para ayudar a los párrocos cargados de Misas Dominicales» pues «los feligreses necesitan tener un contacto regular con su párroco y no tan sólo con un sacerdote desconocido, que ocasionalmente va a celebrarles la Misa Dominical» y porque esta práctica «está destinada a ir disminuyendo con el paso del tiempo por el progresivo envejecimiento de los sacerdotes ya mayores que se prestan a ello». Tras afirmar que es «realmente muy meritorio, el interés que los feligreses de los pueblos más pequeños tienen por conservar y restaurar sus templos y su deseo de que se celebre la Santa Misa todos los domingos en sus parroquias», se apuntaba que es urgente e imprescindible «una adecuada formación del pueblo fiel sobre el significado de la celebración de la Eucaristía, que nunca puede convertirse en una devoción particular», y necesario «insistir, a pesar de las previsibles resistencias, en que lo importante es la necesaria participación en la Eucaristía dominical, reunión del pueblo de Dios, y no tanto en el hecho de que sea justamente en la parroquia de mi pueblo y con mis vecinos, negándome a cualquier tipo de cambio en las costumbres tradicionales». En definitiva, una «reorganización que no persigue la disminución de la atención de los sacerdotes a las comunidades cristianas que se le confíen, ni una vida más cómoda para ellos, sino una mejora cualitativa de su ministerio pastoral» según las orientaciones de la Iglesia. Todo ello pensando en satisfacer el derecho que tiene el Pueblo de Dios «de exigir de sus pastores no sólo su acompañamiento y presencia para la celebración de los sacramentos, sino también de su abnegado celo apostólico, de una predicación estimulante, en comunión con la fe de la Iglesia, y del testimonio de una vida santa y de una piedad fervorosa». Como norma quedó definido que «el párroco que no pueda celebrar la Eucaristía dominical en todos los pueblos que tiene encomendados deberá dedicar los restantes días de la semana a estar con los feligreses de esos pueblos, hablar con ellos, celebrar la Misa en la parroquia, acompañar a los enfermos o ancianos y hacer alguna reunión formativa». En cualquier caso se debe garantizar, como ya se hacía en muchas unidades pastorales, «al menos una visita semanal a todos los pueblos de su Unidad». Asimismo, cualquier decisión a este respecto no se haría simultáneamente, sino considerada como una planificación para varios años, que se «irá aplicando progresivamente según el número de sacerdotes en activo y a medida que las circunstancias pastorales lo vayan requiriendo. Los párrocos y arciprestes, en contacto regular con el Sr. Vicario General, irán proponiendo al Consejo de Gobierno las medidas inevitables, de acuerdo con las necesidades de cada unidad pastoral». Con esta Reestructuración Pastoral las 473 parroquias de la Diócesis han quedado agrupadas en 81 Unidades Pastorales y 7 Arciprestazgos: Brezo, Camino de Santiago, Campos, Cerrato, Palencia, Pisuerga Norte, y Valle.
Visita “Ad Limina”
El 24 de febrero de 2014 comenzó en Roma la visita de los Obispos españoles al Papa Francisco. Según la normativa de la Iglesia, «cada cinco años el Obispo diocesano debe presentar al Romano Pontífice una relación sobre la situación de su diócesis, según el modelo determinado por la Sede Apostólica y en el tiempo establecido por ella». Además, «el Obispo diocesano, el año en que debe presentar la relación al Sumo Pontífice, vaya a Roma, de no haber establecido otra cosa la Sede Apostólica, para venerar los sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y preséntese al Romano Pontífice». Esta visita recibe el nombre de “visitatio ad limina Apostolorum” (visita a los umbrales de los Apóstoles).
El calendario de la visita que realizaron los Obispos de la provincia eclesiástica de Burgos, a la cual la diócesis de Palencia pertenece, se desarrolló del 24 de febrero al 1 de marzo. Durante la misma, Mons. Escudero visitó las principales Congregaciones de la Curia Romana y dialogó con los Cardenales Prefectos de cada una de ellas.
El lunes 24 de febrero, el Santo Padre recibió en audiencia a los Obispos de las provincias eclesiásticas de Burgos y de Pamplona. La audiencia, que duró alrededor de dos horas, se desarrolló en un clima distendido y fraterno. En la misma se han abordado la situación social y eclesial de las Diócesis, la situación de las familias, la pastoral vocacional o la tarea del laicado entre otros temas.
El Papa Francisco animó a los obispos, entre los que se encontraba Mons. Escudero, «a ser testigos incansables del Señor y a no perder la ilusión». Con las palabras de Pablo VI les ha encomendado «experimentar la dulce y confortadora alegría de Evangelizar».
El Papa Francisco, para finalizar la Audiencia bendijo a las Diócesis y pidió a los Obispos presentes que rezaran por él y su Ministerio.
Cartas a los Sacerdotes
Una faceta muy importante del ministerio episcopal de Mons. Escudero durante estos años ha sido la atención a los sacerdotes, a quienes ha dirigido periódicamente Cartas Pastorales para tratar diversos temas. Estas cartas eran enviadas por correo a cada uno de los destinatarios.
Han sido 12 las Cartas Pastorales enviadas a los Sacerdotes para explicar y comunicar de manera personal los acontecimientos y proyectos de la vida diocesana; la información de los trabajos en las Asambleas Plenarias de la Conferencia Episcopal Española; los contenidos fundamentales de los Documentos emanados de la Santa Sede y del Magisterio de los Papas; los grandes acontecimientos de la Iglesia Universal; los Mensajes para los Tiempos Litúrgicos de Adviento y Cuaresma; y otros aspectos de importancia en la relación del Obispo con los sacerdotes.
El Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas
De cara a «posibilitar la formación teológica de grado medio de los laicos, de los miembros de los institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida apostólica», «formar pastoralmente a los animadores de las distintas acciones pastorales de los arciprestazgos y parroquias, y a los responsables de movimientos y asociaciones apostólicas» y «atender a la formación permanente de los sacerdotes, diocesanos y religiosos, en conexión con la Delegación del Clero y de la Vida Consagrada» el 1 de septiembre de 2011, Mons. Escudero erigió en la Diócesis el “Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas”.
En el Instituto se ha pretendido que «la colaboración de los seglares y religiosos en la pastoral diocesana esté a la altura de las exigencias actuales, en donde no basta solamente la buena voluntad», pues la «formación de los distintos agentes de pastoral es hoy una necesidad absolutamente indispensable, si queremos responder adecuadamente a los retos que la Nueva Evangelización plantea a la Iglesia palentina».
En el Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas se han programado anualmente contenidos formativos que han sido impartidos directamente por Mons. Esteban Escudero desde el curso 2011-2012. En este sentido ha ido desarrollando los “Contenidos Básicos de la Fe Cristiana”, los “Fundamentos de nuestra Fe en el Año de la Fe” o el impartido durante el presente curso de “Teología para Seglares”.
Muchos de estos cursos también han sido impartidos por los distintos Arciprestazgos y Parroquias, bien a través de Mons. Escudero o a cargo de algún sacerdote o religiosa con experiencia en pedagogía teológica.
El Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas ha acogido también en su oferta las iniciativas formativas de la Escuela de Pastoral de la Salud, la formación en Doctrina Social de la Iglesia, la Programación de la Escuela de Catequistas, la Formación Permanente del Profesorado de Religión, o la Escuela Cofrade impulsada por Mons. Escudero en noviembre de 2012 y acogida por la Hermandad de Cofradías Penitenciales de Palencia.
Cáritas y la Fundación “El Buen Samaritano”
Con la intención de garantizar el recto funcionamiento la Cáritas Diocesana y las Cáritas Parroquiales en orden a un mejor servicio a los pobres, el 4 de julio de 2011 entraron en vigor los nuevos Estatutos de Cáritas en Palencia.
En el espíritu de estos Estatutos se incorporan los documentos elaborados por la Iglesia española a través de los años, como “La caridad de Cristo nos apremia” [CEE, noviembre de 2004] y el Magisterio del Papa Benedicto XVI sobre lo que tiene que ser la Caridad en la Iglesia. Esta enseñanza viene desarrollada de manera exhaustiva en la Carta Encíclica “Deus caritas est” (2005) en la que se dice: «Según el modelo expuesto en la parábola del buen Samaritano, la caridad cristiana es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación: los hambrientos han de ser saciados, los desnudos vestidos, los enfermos atendidos para que se recuperen, los prisioneros visitados, etc. Las organizaciones caritativas de la Iglesia, comenzando por Cáritas (diocesana, nacional, internacional), han de hacer lo posible para poner a disposición los medios necesarios y, sobre todo, los hombres y mujeres que desempeñan estos cometidos» [Benedicto XVI, Deus Caritas Est, 31].
De esta manera, Cáritas Diocesana de Palencia queda configurada como «una corporación pública de la Iglesia católica instituida para coordinar, orientar, promover y en su caso, federar la acción caritativa y social en la Diócesis de Palencia». Cáritas Diocesana «es erigida y animada por el Obispo para cumplir el ministerio de la caridad que a él le corresponde». Asimismo, Cáritas Diocesana es «el organismo de la Iglesia Diocesana para expresar el amor preferencial de Dios por los más pobres, promover el ejercicio de la caridad y el sentido de la justicia entre los miembros de la Iglesia y suscitar la solidaridad entre todas las personas de buena voluntad con los pobres y necesitados, estando atentos a las nuevas pobrezas de hoy día».
Cáritas Diocesana tiene por objeto «la realización de la acción caritativa y social de la Iglesia en la Diócesis de Palencia, a través de todos sus niveles, órganos y miembros. Para ello se pone al servicio del Pueblo de Dios con el fin de promover, coordinar e instrumentar la comunicación cristiana de bienes en todas sus formas, y de ayudar a la promoción humana y al desarrollo integral de todas las personas, preferentemente de las más empobrecidas, y de todos los pueblos, mediante la realización de diferentes programas de acción caritativa y de cooperación internacional».
En la clave de este estar “atentos a las nuevas pobrezas de hoy día”, el 5 de abril de 2012 -Fiesta del Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, Mons. Escudero firmó a los Estatutos de la “Fundación El Buen Samaritano, Ayuda a las Personas en Paro”. Con la puesta en marcha de esta Fundación vio arrancar esta iniciativa personal encaminada a «atender, a través de Caritas Diocesana, las demandas de ayuda económica para las personas que se encuentran en situación de desempleo y que carezcan de recursos económicos para satisfacer las necesidades básicas de su vida y de su familia así como los costes soportados en la adquisición y/o arrendamiento de su vivienda habitual y/o de los gastos accesorios de la misma, todo ello como actos de caridad cristiana, de conformidad a los principios y valores propios de la doctrina de la Iglesia Católica».
De esta manera, ante la grave situación económica por la que está atravesando el país, con su secuela de miles de personas sin empleo y sin recursos para hacer frente a su difícil situación familiar... se pretende llegar a muchas personas y familias, por sus circunstancias particulares, se ven lejanas a los tradicionales instrumentos de ejercer la Caridad en la Iglesia.
La “Fundación El Buen Samaritano” -tras la aportación personal inicial de 9.000 € por parte de Mons. Escudero- se ha alimentado, en exclusiva, de donativos. Asimismo se ha garantizado que la ayuda ha sido destinada íntegramente a las personas sin empleo y sin recursos, asumiendo el Obispado los gastos de gestión.
San Agustín, Iglesia de la Reconciliación
La iglesia de San Agustín inició el 22 de febrero de 2012, Miércoles de Ceniza y comienzo de la Cuaresma un nuevo reto como “Iglesia para la Reconciliación”. Situada en pleno centro de la ciudad de Palencia, en la Calle Mayor, adquiriría de esta manera un nuevo carácter, asumiendo una función muy importante en la Iglesia diocesana. Desde aquel Miércoles de Ceniza, San Agustín es un «lugar casi permanente de administración del sacramento de la reconciliación y de dirección espiritual», a todos los que deseen entrar por sus puertas, abiertas a todos los fieles católicos. Una Iglesia para la reconciliación y la escucha.
Desde entonces, desde las 10.30h de la mañana hasta las 13 horas y, por la tarde, de 16.30h a 19 horas, de lunes a sábado y, de 10.30h a 13 horas los domingos, siempre hay un sacerdote experimentado, dispuesto a acoger a cuantos deseen confesarse: laicos, religiosos, religiosas o sacerdotes, o a cuantos tengan algún problema de tipo religioso o humano. Una Iglesia con las puertas abiertas para todos aquellos que quieran entrar, descansar, orar, sentirse escuchados y recibir, si lo desean, el sacramento de la reconciliación.
En la carta con la que Mons. Escudero anunciaba la iniciativa se recogía que «el sacramento de la penitencia o de la reconciliación está siendo minusvalorado hoy en día por otras personas que, no obstante, se sienten también miembros de la Iglesia. Se va diluyendo la conciencia del pecado en nuestra sociedad y sólo estamos dispuestos a admitir que a veces nos equivocamos, que en ocasiones hacemos algo que nuestra conciencia nos reprocha o incluso que puede hacer daño al prójimo».
Labor Catequética
A lo largo de estos años han sido innumerables los escritos por los que Mons. Escudero se ha dirigido a los fieles palentinos y a la población en general.
En continuidad con lo ya hecho por sus predecesores, Mons. Escudero ha seguido acercándose cada domingo a los lectores de Diario Palentino. Así, al menos en 170 ocasiones los palentinos han podido conocer de su propia pluma el sentir de la Iglesia, los contenidos de nuestra fe, su opinión ante los temas de actualidad, o lo que los Papas dicen a todos los fieles de la Iglesia universal.
También, la “Carta” de Mons. Escudero ha estado presente en todos los números de Iglesia en Palencia que se han publicado durante su etapa