“Son derechos, no regalos”. Este fue el lema del Día de las Personas Sin hogar, que se celebró el pasado 25 de noviembre. Para ello, el Centro de Acogida para Transeúntes de Cáritas Diocesana abrió sus puertas abiertas buscando sensibilizar a la sociedad y dar visibilidad a las personas que sufren este problema. Un Centro que persigue el objetivo de “parar” a las personas sin hogar, para conseguir que una vez asentados, puedan buscar una solución a sus problemas. Desde el quehacer de Cáritas, se busca trazar procesos en los que la persona pueda alcanzar el mejor grado de autonomía posible a través de itinerarios de inclusión. El pasado año se atendieron a 914 personas, prestándoles los servicios básicos de alojamiento, comidas, duchas...
La Jornada -con una Eucaristía por la mañana y talleres didácticos por la tarde- posibilitó que quienes lo desearan pudieran conocer las instalaciones del centro y la realidad de las personas que allí son acogidas. Personas que no quieren ser mobiliario urbano sino ciudadanos, sujetos de derechos en plenitud.
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