Cuando hablamos de “ayudar a la parroquia”, podemos pensar solo en la ayuda económica.
Aunque esto es importante... hay más formas. ¿Hemos pensado en hacernos voluntarios de la parroquia? Catequistas, animadores de jóvenes, ayudar en el mantenimiento del templo... Todo esto es esencial para la vida de la parroquia.
Quizá no tengamos tiempo o ánimo. Incluso, podemos sentir algo de vergüenza a la hora de acercarnos al sacerdote y ofrecer nuestro trabajo... pero todos somos necesarios en la parroquia. También podemos hablar de las actividades de la parroquia. La mejor forma de llegar a todos, de comunicar la fe, es transmitirla... en el trabajo, con los amigos. De esta forma, esa parroquia que a muchos les puede parecer lejana, distanciada, se presentará como lo que es: una realidad cercana.
¿Qué hay del bien espiritual? Podemos sentir que el mensaje de Jesús es necesario para nosotros, que no sabríamos vivir sin Él. Pero... ¿por qué a veces no nos parece esencial para el prójimo? Él también necesita de Jesús, tiene que conocerlo. Es nuestra labor como cristianos, llevar el mensaje al otro para que ame, para que lo conozca, para que sea feliz.
La parroquia nos acompaña en los momentos más importantes de nuestra vida, en la mayoría de las ocasiones en los instantes más felices... pero también en los que necesitamos apoyo, en los momentos tristes, Nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte... nos hace mejores y más felices. Es nuestra casa, el lugar de los encuentros vitales, aquellos que nos construyen. ¿No queremos que eso también lo viva el prójimo? Digámoslo.
La parroquia necesita continuar con su labor, y para ello es necesario que todos, responsables de su mantenimiento, la sintamos como nuestra... y también en sus gastos. Desde Cáritas a las diversas actividades pastorales, pasando por los gastos corrientes que hay en cualquier vivienda... la parroquia nos necesita.
Porque nos necesitan las personas, porque todos necesitamos a Dios. ¡Colabora! Ganamos todos.
Aunque esto es importante... hay más formas. ¿Hemos pensado en hacernos voluntarios de la parroquia? Catequistas, animadores de jóvenes, ayudar en el mantenimiento del templo... Todo esto es esencial para la vida de la parroquia.
Quizá no tengamos tiempo o ánimo. Incluso, podemos sentir algo de vergüenza a la hora de acercarnos al sacerdote y ofrecer nuestro trabajo... pero todos somos necesarios en la parroquia. También podemos hablar de las actividades de la parroquia. La mejor forma de llegar a todos, de comunicar la fe, es transmitirla... en el trabajo, con los amigos. De esta forma, esa parroquia que a muchos les puede parecer lejana, distanciada, se presentará como lo que es: una realidad cercana.
¿Qué hay del bien espiritual? Podemos sentir que el mensaje de Jesús es necesario para nosotros, que no sabríamos vivir sin Él. Pero... ¿por qué a veces no nos parece esencial para el prójimo? Él también necesita de Jesús, tiene que conocerlo. Es nuestra labor como cristianos, llevar el mensaje al otro para que ame, para que lo conozca, para que sea feliz.
La parroquia nos acompaña en los momentos más importantes de nuestra vida, en la mayoría de las ocasiones en los instantes más felices... pero también en los que necesitamos apoyo, en los momentos tristes, Nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte... nos hace mejores y más felices. Es nuestra casa, el lugar de los encuentros vitales, aquellos que nos construyen. ¿No queremos que eso también lo viva el prójimo? Digámoslo.
La parroquia necesita continuar con su labor, y para ello es necesario que todos, responsables de su mantenimiento, la sintamos como nuestra... y también en sus gastos. Desde Cáritas a las diversas actividades pastorales, pasando por los gastos corrientes que hay en cualquier vivienda... la parroquia nos necesita.
Porque nos necesitan las personas, porque todos necesitamos a Dios. ¡Colabora! Ganamos todos.
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