La austeridad debería ser una actitud que nos acompañara en nuestra vida en todo momento. Debería ser un estilo de vida asumido voluntariamente... no por que no nos queda otra, por que estamos en crisis, por que toca apretarse el cinturón... Y quién sabe... si hubiéramos sido austeros por naturaleza igual no estábamos como estamos.
Ciertas fechas en el calendario están asociadas al derroche. Y las marcadas en un “rojo consumo” bien radiante son las Navidades.
“Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir” es el lema de la nueva campaña de sensibilización de Cáritas que tiene como eje principal la propuesta de caminar juntos hacia un nuevo modelo social más humano, evangélico y justo. Se trata de una invitación a construir una sociedad nueva basada en la humanidad como una gran familia que se interpela y se cuestiona sobre la realidad de pobreza e injusticia que predomina en el mundo.
Vivir la sencillez en Navidad es no necesitar tener muchas cosas para ser feliz, no cayendo en el consumismo ni en las modas que nos obligan a comprar lo nuevo, lo último.
Vivir la sencillez en Navidad es tener más alegría al dar o al compartir, que al recibir, porque has descubierto el sentido de la gratuidad.
Vivir la sencillez en Navidad es vaciar el corazón de todas las cosas innecesarias que lo ocupan, y llenarlo del tesoro de la amistad, de la cercanía y del encuentro humano con los demás.
Vivir la sencillez en Navidad es sentir cercanas a miles de personas que viven injustamente en la pobreza, conmoverte por ello y, entonces, te movilizas e implicas porque no quieres vivir mejor que ellos.
Vivir la sencillez en Navidad es poner tu confianza y seguridad no en el dinero o en las posesiones, sino en tus bienes espirituales, en tus convicciones y creencias, en tu fe, en tus capacidades, en tu fuerza interior y en la de aquellos que te aman y aprecian.
Os deseo a todos una Feliz Sencilla Navidad.
Domingo Pérez
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