lunes, 15 de febrero de 2016

Camino de Cuaresma Camino de Misericordia Camino hacia la Cruz

I + JESÚS, CONDENADOA MUERTE

«El episodio de la mujer adúltera, a la que Jesús salvó de la condena a muerte. Nos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión: “Tampoco yo te condeno, ¡vete y no vuelvas a pecar!” ... ¡Esa es su misericordia! Siempre tiene paciencia... Grande es la misericordia del Señor». (Papa Francisco. Primer Ángelus. 17-III-2013).

Dar de comer al hambriento: Por todas personas que carecen de lo necesario para vivir.

II + JESÚS CON LA CRUZA CUESTAS

«La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre» (Mensaje para la Cuaresma de 2014).

Dar de beber al sediento: Por todos los que no pueden llevar una vida digna.

III + JESÚS CAE EN TIERRA POR PRIMERA VEZ

«No lo olvidemos: Dios siempre perdona y nos recibe en su amor de perdón y de misericordia. Hay quien dice que el pecado es una ofensa a Dios, pero también una oportunidad de humillación para percatarse de que existe otra cosa más bella: la misericordia de Dios» (Audiencia general. 29-V-2013).

Vestir al desnudo: Por los que se sienten desprotegidos, y viven con la desnudez de afecto y de protección. Por los que no tienen acceso a una vivienda.

IV + JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

«María cumplió la voluntad de Dios poniéndose a disposición de quien la necesitaba. No pensó en sí misma, se sobrepuso a las contrariedades y se dio a los demás. La victoria es de aquellos que se levantan una y otra vez, sin desanimarse. Si imitamos a María, no podemos quedarnos de brazos caídos, lamentándonos solamente» (Mensaje a los Obispos de Cuba. 8-IX-2014).

Dar posada al peregrino: Para que el extranjero, inmigrante, refugiado, y el que ha salido forzosamente de su tierra, sea acogido y considerado en su dignidad de persona.

V + JESÚS, AYUDADO POR UN CIRINEO

«Estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir» (Misericordiae Vultus, 9).

Visitar a los enfermos: Por los enfermos de toda enfermedad: las de siempre y las nuevas que produce esta sociedad. Y por las personas que les ayudan y acompañan.

VI + LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

«Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio» (Misericordiae vultus, 15).

Visitar a los presos: Para que puedan rehacer sus vidas e incorporarse a la sociedad. Y por sus familiares.

VII + JESÚS CAE EN TIERRA POR SEGUNDA VEZ

«No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero. Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de odio que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas» (Misericordiae vultus, 15).

Enterrar a los muertos: Por todos los difuntos. Por todos los que nos enseñaron a creer en Cristo y a esperar en Él.

VIII + JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

«Queridos chicos y chicas, al mundo de hoy le falta llorar. Lloran los marginados, lloran aquellos que son dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar. Solamente ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpios por las lágrimas. Los invito a que cada uno se pregunte: ¿Yo aprendí a llorar? ... Y esto es lo primero que yo quisiera decirles: Aprendamos a llorar» (Discurso a los jóvenes. Manila 18-I-2015).

Dar buen consejo al que lo necesita: Por quien no encuentra palabras de aliento y de consuelo, y vive en la duda.

IX + JESÚS CAE EN TIERRA POR TERCERA VEZ

«Sólo contemplando la humanidad sufriente de Jesús podemos hacernos mansos, humildes, tiernos como Él. No hay otro camino» (Homilía en Santa Marta. 12-IX-2013).

Enseñar al que no sabe: Por los niños que no tienen acceso a una enseñanza digna. Por los jóvenes que se sienten manipulados ideológicamente.

X + JESÚS, DESPOJADO DE SUS VESTIDOS

«Esta es una buena ocasión para hacer una invitación a la Iglesia a despojarse. ¡Pero la Iglesia somos todos! Desde el primer bautizado, todos somos Iglesia y todos debemos ir por el camino de Jesús, que recorrió un camino de despojamiento. Alguno dirá: “¿Pero de qué debe despojarse la Iglesia?”. Debe despojarse hoy de un peligro gravísimo, que amenaza a cada persona en la Iglesia: el peligro de la mundanidad» (Con pobres asistidos por Cáritas en Asís. 4-X-2013).

Corregir al que se equivoca: Por las víctimas de los cambios profundos de nuestra sociedad. Por aquellos a quienes les resulta difícil aprender a amar.

XI + JESÚS, CLAVADO EN LA CRUZ

«En el fracaso de la Cruz se ve el amor que nos da Jesús. Hablar de potencia y de fuerza, para el cristiano, significa hacer referencia a la potencia de la Cruz y a la fuerza del amor de Jesús: un amor que permanece firme e íntegro, incluso ante el rechazo» (Domingo de Cristo Rey. 22-XI-2015).
Consolar al triste: Por los que recorren la vida entre lágrimas, amarguras y soledades

XII + JESÚS MUERE EN LA CRUZ

«La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia» (Misericordiae vultus, 12).

Perdonar al que nos ofende: Por el que no sabe perdonar, y vive con el odio en su interior.

XIII + JESÚS EN LOS BRAZOS DE SU MADRE

«Cuando dirigimos la mirada a la cruz donde Jesús estuvo clavado, contemplamos el signo del amor, del amor infinito de Dios por cada uno de nosotros y la raíz de nuestra salvación. De esa cruz brota la misericordia del Padre, que abraza al mundo entero... La cruz de Jesús es nuestra única esperanza verdadera» (Ángelus. 14-IX-2014).

Sufrir con paciencia los defectos del prójimo: Por las personas que nos caen mal, las que nos molestan, las que su trato no nos resulta fácil.

XIV + JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO

«Si Dios se detuviera en la justicia dejaría de ser Dios, sería como todos los hombres que invocan respeto por la ley. La justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por esto Dios va más allá de la justicia con la misericordia y el perdón. Esta justicia de Dios es la misericordia concedida a todos como gracia en razón de la muerte y resurrección de Jesucristo» (Misericordiae vultus, 21).

Rezar por los vivos y difuntos: Por todos a los que pudiéramos ayudar con la oración.

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