«La no violencia: un estilo de política para la paz»
«La no violencia: un estilo de política para la paz», es el tema del Mensaje del Papa para la 50 Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero 2017.
«Deseo la paz a cada hombre, mujer, niño y niña, a la vez que rezo para que la imagen y semejanza de Dios en cada persona nos permita reconocernos unos a otros como dones sagrados dotados de una inmensa dignidad». Con estas palabras el Papa comienza su mensaje para esta Jornada y resalta la necesidad de respetar la dignidad más profunda de las personas «especialmente en situaciones de conflicto» con la invitación a hacer «de la no violencia activa nuestro estilo de vida».
En el mensaje el Obispo de Roma reflexiona sobre «la no violencia como un estilo de política para la paz» y expresa su deseo de que ésta «se trasforme, desde el nivel local y cotidiano hasta el orden mundial, en el estilo característico de nuestras decisiones, de nuestras relaciones, de nuestras acciones y de la política en todas sus formas».
El Santo Padre constata una vez más la existencia de «un mundo fragmentado», y reitera, con pesar, que hoy «estamos ante una terrible guerra mundial a pedazos provocada por la violencia en distintos modos y niveles: guerras, terrorismo, criminalidad y ataques armados impredecibles; abusos contra los emigrantes y las víctimas de la trata; devastación del medio ambiente».
La reflexión del Papa va después a la vida de Jesús, recordando que también Él vivió en «tiempos de violencia» y enseñó que el verdadero campo de batalla, en el que se enfrentan la violencia y la paz, es el corazón humano. Pero el mensaje de Cristo ante esta realidad, afirma el Papa, fue predicar «incansablemente el amor incondicional de Dios que acoge y perdona y enseñó a sus discípulos a amar a los enemigos». Y por ello, dice Francisco, «ser hoy verdaderos discípulos de Jesús significa también aceptar su propuesta de no violencia».
En el mensaje el Pontifice advierte que «la fuerza de las armas es engañosa», y recordando la lucha contra la no violencia de Madre Teresa de Calcuta evidencia que «mientras los traficantes de armas hacen su trabajo, hay pobres constructores de paz que dan la vida sólo por ayudar a una persona».
Francisco habla del compromiso de la Iglesia en el desarrollo de estrategias para la promoción de la paz en muchos países, «que no es patrimonio exclusivo de la Iglesia católica», aclara, sino «que es propio de muchas tradiciones religiosas». Y reafirma con fuerza, una vez más, que «ninguna religión es terrorista».
El Papa se refiere luego a la raíz doméstica de una política no violenta, a la familia, e invita a recorrer el sendero de la no violencia allí, «en el seno de la familia», que define «lugar donde se aprende el diálogo y el respeto».
«Una ética de fraternidad y de coexistencia pacífica entre las personas y los pueblos no puede basarse sobre el miedo, la violencia y el cerrazón» afirma. De ahí su llamamiento a favor del desarme, la prohibición de las armas nucleares que «no pueden servir a este tipo de ética». Y añade... «con urgencia suplico, que se detenga la violencia doméstica y los abusos a mujeres y niños».
Finalmente el llamamiento del Pontífice a «construir la paz mediante la no violencia activa», mediante la «aportación competente de tantos cristianos en la elaboración de normativas a todos los niveles» y la invitación a los líderes políticos y religiosos a «aplicar las bienaventuranzas en el desempeño de sus propias responsabilidades».
«Es el desafío -asegura el Papa- de construir la sociedad, la comunidad o la empresa, de la que son responsables, con el estilo de los trabajadores por la paz; de dar muestras de misericordia, rechazando descartar a las personas, dañar el ambiente y querer vencer a cualquier precio».
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