Las Misioneras Dominicas del Rosario celebran los cien años de su fundación. Esta congregación no tiene casas en nuestra Diócesis, aunque en tiempos pasados, sí que hubo comunidad en el pueblo de Cisneros. Pero sí que hay palentinas que con el mismo entusiasmo de los inicios -llamadas a tejer la vida en la diversidad, uniendo nuestras manos y corazones para ser y hacer comunidad- continúan trabajando por evangelizar a los pobres.
Este es el caso de Mercedes García Villalba, natural de Villalcón de los Caballeros, que lleva 36 años como misionera en Ecuador. Mercedes es la superiora de su comunidad en Quito y trabajan en los ámbitos de la salud, la educación y pastoral.
Las Misioneras Dominicas del Rosario fueron pioneras en la promoción de las mujeres y su tarea misionera es “evangelizar a los pobres en aquellas situaciones misioneras donde la Iglesia más nos necesita”. Las misioneras dominicas en general y Mercedes en particular intentar responder como el profeta Isaías con un permanente “Envíame a mí”. Mercedes ya está jubilada y por eso, no puede seguir ejerciendo en el ámbito de la educación, pero ahora donde dedica gran parte de su tiempo es en la Escuela de formación misionera. Las personas con las que trabajamos necesitan formación y tienen muchas ganas de aprender.
Mercedes asegura que aunque el nivel económico de Ecuador ha aumentado, existe una gran diferencia tanto de recursos como de infraestructuras y facilidades entre la vida del mundo rural y el mundo urbano. En la actualidad, hay aún numerosos barrios sin agua y sin una red de alcantarillado, con lo que ello supone para la vida de esas personas.
Cuando se le pregunta a Mercedes por cómo ve la situación en nuestro país, asegura que cada vez que regresa a España (suele ser cada tres años) palpa en la sociedad más desinterés, desorden e indiferencia, algo que la entristece.
¿Nos hemos preguntado el por qué de esta indiferencia?
Natalia Aguado León
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