Con las Primeras Vísperas del I Domingo de Adviento, y la Eucaristía -presidida por nuestro Obispo- arrancó, el pasado 29 de noviembre, la vivencia del Año de la Vida Consagrada en nuestra Diócesis.
Un Año que debe ser una ocasión para “recordar con memoria grata este pasado reciente”, con la mirada positiva sobre este tiempo de gracia que va del Concilio a hoy. Para “abrazar al futuro con esperanza” siendo conscientes de que el momento de crisis que atraviesa la sociedad y la misma Iglesia toca plenamente a la vida consagrada... asumiendo esta crisis como una ocasión para el crecimiento en profundidad y esperanza. Una esperanza para “vivir el presente con pasión”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario