Que en estos tiempos que corren un colectivo se decida a poner en práctica aquello de “trabajar menos para trabajar todos”... es, de corazón, un motivo de profunda alegría, agradecimiento y un claro signo de esperanza. Y este colectivo son los Profesores de Religión en los Centros Públicos.
La situación de partida es sencilla de explicar. La Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León ha anunciado recortes significativos que van a afectar a los docentes... entre los que se encuentran los profesores de Religión de los centros públicos no universitarios. Así, por ejemplo... al aumentar la ratio de alumnos por aula se va a reducir el número de aulas en todos los niveles. Y la ecuación es sencilla. A menos aulas, menos horas a impartir de Religión y Moral católica... y menos profesores necesarios.
En el recientemente celebrado Encuentro de Obispos de la Región del Duero (Villagarcía, 10-11 de julio) este problema ha preocupado y ocupado. Y los pastores de las Diócesis de Castilla y León, acompañados por los Delegados diocesanos de Enseñanza, han buscado que en la medida de lo posible “todos los profesores que están trabajando en este momento puedan conservar el puesto de trabajo” y “la aplicación de estas medidas afecte lo menos posible al colectivo”.