Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
nada le falta:
sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo
es gloria vana;
Nada tiene de estable,
todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Santa Teresa. Siglo
XVII. Talla madera policromada.Gregorio Fernández. MM. Carmelitas (Palencia)
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