Las Delegaciones Diocesanas de Enseñanza y Catequesis han
celebrado en estos primeros días del mes de octubre la Missio al profesorado de
religión y a los catequistas. Ambos actos -presididos por Mons. Escudero,
acompañado por Dionisio Antolín,
Delegado Diocesano de Enseñanza y Catequesis- se enmarcaron en una Exposición
al Santísimo, en torno a tres ejes: “Nos llama, nos capacita, nos envía”.
El encuentro con los profesores de religión se celebró el 3 de octubre en el Seminario Menor... y en participaron alrededor de 150 profesores de religión tanto de los centros públicos como concertados.
El encuentro con los profesores de religión se celebró el 3 de octubre en el Seminario Menor... y en participaron alrededor de 150 profesores de religión tanto de los centros públicos como concertados.
Por su parte, el encuentro con los catequistas se celebró el
pasado 12 de octubre, también en el Seminario Menor. Se hieron presentes en el
acto, alrededor de 200 catequistas de siguientes parroquias: Santa Marina, San
Lázaro, San José, Reina Inmaculada, San Ignacio y Sta Inés, San Miguel, Ntra.
Sra. de la Calle,
María Estela, Allende el Río, Fuentes de Nava, Carrión de los Condes, Villada,
Ampudia, Venta de Baños, Villarramiel, Villada, El Salvador, San Telmo y
Villamuriel.
Tras la oración inicial, D. Esteban repasó con lo
catequistas los contenidos específicos que el Plan Pastoral Diocesano
recoge para la tarea de la
Catequesis, y hubo un tiempo para el diálogo.
Posteriormente, se pasó a la capilla del Seminario para
celebrar la Exposición
al Santísimo, y proceder a la entrega de la Missio... el envío a
transmitir la fe a niños y jóvenes.
«Vosotros, profesores de religión, que no actuáis en nombre
propio, sino en nombre de la
Iglesia que os envía, tenéis una misión muy importante que
cumplir: ser testigos del mensaje de Jesús con vuestras palabras y vuestro testimonio
de vida.
Expondréis y explicareis la Fe de la Iglesia en la escuela y, de esta forma, con
vuestro esfuerzo y la ayuda del Señor, los más pequeños irán madurando en la
fe. No olvidéis en ningún momento que se trata, sobre todo, de llevarlos al
encuentro personal con Jesús, que es el protagonista de vuestra actuación. Por
eso, cuando expliquéis su persona, sus parábolas, sus acciones y gestos, sus
milagros, sus comidas, su oración, no olvidéis escuchar y madurar primero en
vuestro corazón todo lo que vais a enseñar, dóciles al Espíritu del Señor.
Que vuestra vida sea testimonio de Jesucristo y de su mensaje en el seno de la Iglesia que es siempre el punto de referencia de la enseñanza que realizareis porque toda ella tiende a edificarla como “pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y comunión en el mismo Espíritu”».
Que vuestra vida sea testimonio de Jesucristo y de su mensaje en el seno de la Iglesia que es siempre el punto de referencia de la enseñanza que realizareis porque toda ella tiende a edificarla como “pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y comunión en el mismo Espíritu”».
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