El 23 de octubre celebramos la Jornada Mundial de las Misiones y en esta ocasión el lema del DOMUND es “Así os envío yo”. Y es que aunque a veces hagamos oídos sordos y cerremos los ojos, la misión nos sigue llamando a cada uno de nosotros. A los misioneros que optan por abandonarlo todo e iniciar su misión en países lejanos a la tierra que les vio nacer. Y a los que estamos en esta parte del mundo, en ocasiones nos llama a gritos, nos puede incluso vociferar porque no respondemos a su llamada.
El DOMUND, como otras tantas campañas, en ocasiones parece
que va perdiendo fuelle, los responsables de los centros escolares se van
desgastando en su empeño por concienciar a las familias y a los jóvenes en la
necesidad de apoyar la misión y los párrocos también se agotan... A las horas
de atención del despacho parroquial, las misas diarias, las reuniones con los
grupos, se suman las campañas a las que hay que dedicar tiempo, organizar
alguna celebración especial, y siempre se cae en la tentación de que sea otro
el que lo organice.
La Delegación Diocesana de Misiones lleva muchos años esforzándose porque el DOMUND se sienta como algo propio, que generación tras generación haga llegar la voz y el trabajo de miles de misioneros a esta parte del mundo.
La Delegación Diocesana de Misiones lleva muchos años esforzándose porque el DOMUND se sienta como algo propio, que generación tras generación haga llegar la voz y el trabajo de miles de misioneros a esta parte del mundo.
Nuestra diócesis cuenta con más de 540 misioneros... pero la
jornada del DOMUND tiene un matiz universal. En palabras de nuestro Obispo:
“Como Iglesia universal, hemos de mirar más allá de nuestras fronteras y ver
que hay necesidades espirituales y materiales en muchos lugares del planeta y
que nosotros, con nuestra aportación económica, podemos ayudar a resolverlas,
sin movernos de nuestros lugares de residencia. Hay muchas organizaciones
eclesiales que sirven de mediación entre nosotros y los lugares más apartados
del mundo. Entre todas ellas, destacan las OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS,
dependientes directamente de la Sede Apostólica. Sus responsables tienen una
visión de conjunto de lo que pasa en los cinco continentes y distribuyen el
dinero recaudado donde más hace falta en cada momento”.
Tiempo tendremos en otro momento para campañas específicas para el misionero de nuestra congregación, de nuestro pueblo, de nuestra parroquia... El DOMUND tiene de especial esta dimensión universal y anónima. La certeza de que la ayuda llega al lugar más precario, con más necesidad, con más urgencia.
Nuestra diócesis consiguió el pasado año en la campaña del DOMUND 160.536,98 € y esperamos que este año, a pesar de la crisis económica que afecta a todos los bolsillos, se pueda incrementar esta cifra. Lo esencial, es que este año acojamos el DOMUND, con cariño, como algo nuestro, con delicadeza, con ganas, con entusiasmo.
Tiempo tendremos en otro momento para campañas específicas para el misionero de nuestra congregación, de nuestro pueblo, de nuestra parroquia... El DOMUND tiene de especial esta dimensión universal y anónima. La certeza de que la ayuda llega al lugar más precario, con más necesidad, con más urgencia.
Nuestra diócesis consiguió el pasado año en la campaña del DOMUND 160.536,98 € y esperamos que este año, a pesar de la crisis económica que afecta a todos los bolsillos, se pueda incrementar esta cifra. Lo esencial, es que este año acojamos el DOMUND, con cariño, como algo nuestro, con delicadeza, con ganas, con entusiasmo.
Natalia Aguado León
Mensaje del Papa
A enarbolar la bandera de esta Campaña misionera y a que
todos nos sintamos “enviados por Cristo”... nos anima el Santo Padre Benedicto
XVI en su Mensaje para el DOMUND de este año:“La misión universal implica a todos, todo y siempre. El Evangelio no es
un bien exclusivo de quien lo ha recibido, sino que es un don que compartir,
una buena noticia que comunicar”, señala Benedicto XVI. Y añade que “a través
de la participación corresponsable en la misión de la Iglesia, el cristiano se
convierte en constructor de la comunión, de la paz, de la solidaridad que
Cristo nos ha dado, y colabora en la realización del plan salvífico de Dios
para toda la humanidad. Los retos que esta encuentra, llaman a los cristianos a
caminar junto con los demás, y la misión es parte integrante de este camino con
todos. En ella llevamos, aunque en vasijas de barro, nuestra vocación
cristiana, el tesoro inestimable del Evangelio, el testimonio vivo de Jesús
muerto y resucitado, encontrado y creído en la Iglesia”.
Mensaje de Mons. Escudero. Obispo de Palencia
Conozco la generosidad de los cristianos palentinos con las
misiones. No sólo ayudan con la oración y la aportación económica, sino sobre
todo enviando sacerdotes, religiosos y religiosas, e incluso laicos, a países
remotos para ayudar espiritual y materialmente a los países más necesitados. A
veces, cada pueblo o aldea de nuestra diócesis se convierte en “padrino” de una
comunidad cristiana en el tercer mundo, porque tienen un pariente o conocido en
tierras de misión. Eso está bien y hay que favorecerlo. Pero hay que pensar
también en esos otros lugares donde, por no tener personas que nos hablen de
ellos, se quedan sin nuestra ayuda. Es ahí donde nos puede orientar la organización
central de la Iglesia
para las misiones: las OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS.
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