El 26 de septiembre el Seminario Menor volvió a sentir el auge que tuvo en su momento. Y no por los niños que acudían a sus clases, sino con los Sacerdotes de nuestra Diócesis y con el Diácono permanente que acudieron a la llamada realizada por nuestro obispo para tener un encuentro fraterno.
En este Encuentro del Clero se dieron cita alrededor de 150 sacerdotes y comenzó la jornada con un momento de oración. Acto seguido, Mons. Manuel Herrero se dirigió a todos con un saludo en el que deseó a los presntes paz y les dijo que quería aprovechar ese día para abrir su corazón a todos ellos.
Su intervención giró en un primer momento en torno a tres palabras: «GRACIAS a toda la iglesia diocesana y a todos los sacerdotes: Gracias por lo que hacéis, por lo que sois, por el sacrificio que realizáis, por la oración y por vuestra presencia» [...] «PERDÓN, todos metemos la pata y en estos 100 días que llevo con vosotros, me habré equivocado aunque sin mala intención» Y «pido también PERMISO. Pido vuestro consentimiento para contar con Vosotros, contar con vuestra colaboración».
Continuó su intervención haciendo un balance de lo hecho desde su llegada a la Diócesis, las comunidades y parroquias que ha visitado, las fiestas en que ha participado, los encuentros que ha tenido con distintos sacerdotes... y resumió todo esto diciendo: «lo que he hecho este tiempo es: Amaros y Quereros. Y lo que quiero continuar haciendo es Orar, Oír, Escuchar, Conocer y Visitar».
En este Encuentro del Clero se dieron cita alrededor de 150 sacerdotes y comenzó la jornada con un momento de oración. Acto seguido, Mons. Manuel Herrero se dirigió a todos con un saludo en el que deseó a los presntes paz y les dijo que quería aprovechar ese día para abrir su corazón a todos ellos.
Su intervención giró en un primer momento en torno a tres palabras: «GRACIAS a toda la iglesia diocesana y a todos los sacerdotes: Gracias por lo que hacéis, por lo que sois, por el sacrificio que realizáis, por la oración y por vuestra presencia» [...] «PERDÓN, todos metemos la pata y en estos 100 días que llevo con vosotros, me habré equivocado aunque sin mala intención» Y «pido también PERMISO. Pido vuestro consentimiento para contar con Vosotros, contar con vuestra colaboración».
Continuó su intervención haciendo un balance de lo hecho desde su llegada a la Diócesis, las comunidades y parroquias que ha visitado, las fiestas en que ha participado, los encuentros que ha tenido con distintos sacerdotes... y resumió todo esto diciendo: «lo que he hecho este tiempo es: Amaros y Quereros. Y lo que quiero continuar haciendo es Orar, Oír, Escuchar, Conocer y Visitar».
Un planteamiento que quiere seguir estando presente en su vida cotidiana: «Quiero desplazarme allí donde estáis, veros en faena. Mi planteamiento es tener un encuentro personal con cada uno. Asimismo, mi puerta está y estará siempre abierta a todos vosotros».
¿CÓMO ESTAMOS?
En un momento posterior explicó cómo ve a los sacerdotes y aseguró: «Veo al clero de Palencia bien. Somos un clero como los de otras diócesis. Con sus logros y dificultades. Pero he encontrado un buen y sano presbiterio». Y añadió: «Os valoro, creo y confío en vosotros y os pido que juntos vivamos este tiempo con alegría y esperanza».
En un momento posterior explicó cómo ve a los sacerdotes y aseguró: «Veo al clero de Palencia bien. Somos un clero como los de otras diócesis. Con sus logros y dificultades. Pero he encontrado un buen y sano presbiterio». Y añadió: «Os valoro, creo y confío en vosotros y os pido que juntos vivamos este tiempo con alegría y esperanza».
D. Manuel destacó que «pasamos por un cambio de época, una transición social y eclesial. Pasamos por dificultades, existe un envejecimiento de la población, de los sacerdotes y de las comunidades parroquiales, pero he encontrado en los sacerdotes una actitud abierta y realista, con ganas de trabajar juntos, la mayoría de los sacerdotes tenéis olor a oveja, unos van delante, otros en el medio y otros al final, pero todos con olor a oveja. He visto sacerdotes con ganas, con esperanza activa».
EL FUTURO
«Quiero que veamos juntos qué hay que hacer y qué podemos hacer». D. Manuel recordó las palabras del Papa Francisco en el encuentro de Obispos que recientemente celebrado en Roma: «Tenemos que sentir el escalofrío de sentirnos anticipadamente amados por Dios». Y añadió: «Quiero evangelizar de una manera nueva, en ardor por ese escalofrío de sentir el amor de Dios sin ser tibios. Llevar la Alegría del Evangelio, un evangelio que nos lleve a la conversión misionera».
También hizo referencia en varios momentos a volver a la esencia de las primeras comunidades cristianas. Y definió su papel como el de «ser padre, hermano y amigo. Ser servidor, tomar decisiones consensuadas, dispuesto a sufrir pero intentando vivir con alegría y con confianza en Dios».
Entre las tareas inmediatas, D. Manuel señaló que la primera y principal es -como nos anima el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium- «la conversión de las personas», pues sin esta conversión, nada de los que nos propongamos será posible.
También a corto plazo se va a proceder a la renovación de los Arciprestes, y a la elección de los distintos órganos colegiados indispensables en la Diócesis. Desde todos ellos se irán trabajando las distintas cuestiones y se planteará un nuevo Plan Pastoral Diocesano que cuente con el concurso y mayor consenso posible de toda la Iglesia palentina: presbíteros, religiosos y laicos.
D. Manuel concluyó su intervención deseando que «vivamos esta nueva etapa asumiendo lo mejor de lo vivido en el camino, un camino marcado por la alegría y despertar la pasión por la Misión».
¿CÓMO VIVIR ESTA CLAVE, ESTE ENCUENTRO?
- Desde el Encuentro con Dios. Dejándonos encontrar con Dios. Cultivando la oración, la Eucaristía y la celebración de los Sacramentos, no tanto como rituales sino como vivencia y experiencia personal, la Liturgia de las Horas y la devoción a la Virgen María.
- Desde el Encuentro con uno mismo. Viviendo desde la interioridad, pues en el interior del hombre habita la Verdad. Cuidándonos para poder cuidar a los demás. Cuidando el trabajo y el descanso. Cuidando la salud física espiritual. Cuidando la formación permanente. Cuidando el silencio y la reflexión. Cuidando la acción pastoral que nos ayudará a encontrarnos con lo que somos.
- Desde el Encuentro con los demás. Desde el encuentro con los hermanos sacerdotes, cuidando la fraternidad sacerdotal, viviendo la espiritualidad de comunión y buscando juntos caminos nuevos de evangelización. Desde el encuentro con la vida consagrada. Desde el encuentro con los laicos, con todo el pueblo de Dios. Desde el encuentro con los alejados de la Iglesia.
Sin olvidar el quehacer ordinario de la vida diocesana, este curso se pretende poner un acento especial en “Despertar y acompañar las posibles llamadas del Señor: de una manera singular al ministerio ordenado”.
La necesidad de nuevas vocaciones al sacerdocio es una de las urgencias que vive hoy la Iglesia también en Palencia. Y responder a ella requiere de un nuevo impulso y de un trabajo coordinado en las familias cristianas, en las parroquias y arciprestazgos, y de manera especial en las distintas Delegaciones Diocesanas (Clero, Familia, Juventud, Vocaciones, Catequesis)... todo ello sin olvidar el necesario acompañamiento personal a todos aquellos jóvenes que sientan de alguna manera la llamada del Señor.
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