Los inicios de D. Manuel González como sacerdote estuvieron marcados por una intensa actividad social -construir escuelas, atender a pobres, visitar y ayudar a las familias más desheredadas- pero también fueron tiempos en los que su trabajo no fue entendido. Y así nos dejó escrito: «He estado muchas veces entre obreros y he conseguido estrechar sus manos con las mías, meter mi mirada en sus ojos, mi pan en su estómago y mi cariño en su corazón, /.../ pero no he podido meter a Cristo ni en su inteligencia ni en su corazón».
Y poco a poco, comenzó a intuir que la Pastoral Social tenía que ser un viaje: «La Acción Social Católica es un viaje de ida y vuelta, que empieza el de ida en Cristo y termina en el pueblo, y el de vuelta empieza en el pueblo, y termina en Cristo». Un viaje de ida y vuelta... «En la Acción Social Católica hay que contar con Dios más de lo que se cuenta».
Un viaje “de ida”, inspirado en los viajes del Evangelio. Como aquellos de Emaús a cuyo paso salió Jesús, y les llevó a la contemplación de reconocerle en el partir el Pan. Y un viaje “de vuelta”, con el sentido de resucitados. No nos predicamos a nosotros mismos, predicamos a Jesús Resucitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario